TV-Comunicación

La urna del 'Yes veri güell'

  • La didáctica copó la parrilla de TVE días antes de la cita electoral de junio de 1977

  • La noche del recuento se animó con desconcertante especial

Había que enseñarlo todo. Susana Estrada lo intentó en sus coreografías a lo Elvis Presley, mientras Antonio Ferrandis, en un documental divulgado por tierra, mar y nodo, a lo Gundisalvo, Aprenda Vd. a votar, explicaba qué era urna, dónde había que meter la papeleta y cómo llevar a cuestas las cruces del Senado. Todo era muy nuevo porque todo se renovaba. Matías Prats estaba desde la nueve de la mañana avanzando la información de la jornada electoral. El color celeste predominaba en las cortinas de informativos y en los trajes: eran tiempos aún en blanco y negro, aunque se emitiera en color para un puñado de televisores, y el celeste daba en pantalla mucho mejor que el blanco. Suárez lo sabía y ese era el color de sus camisas nuevas.

Por entonces no había televisión matinal (y aún tardaría), pero para el festivo 15 de junio del 1977 se había preparado desde temprano una parrilla de entretenimiento "para hacer más agradablemente la espera", según Íñigo. Abrió el día Super Ratón, con todos los niños levantados. No olviden supervitaminarse. Y entre dato y dato hubo tiempo para conocer las estrellas del circo danés, el ballet Agon, momento cultureta, y un episodio de la telecomedia británica Papá, querido papá, gran banda sonora entre risas enlatadas. En la sobremesa se coló El caballero de azul, el policía George Kennedy, el único que se quedó de azul, sin disimular, en TVE.

José María Íñigo se llevó por la noche a todos los amigos al Florida Park para crear un show, entre la tradición musical, cierta exaltación nacional y ciertos guiños picantes renovadores. Un Esta noche, Fiesta especial, que sería interrumpido entre porcentajes, escaños y escrutinios, qué palabras más raras para entonces, con Pedro Macía desde el Palacio de Congresos de Madrid. A la teutona Inka Marina le dio tiempo de gritar su "qué viva España" que se tarareaba por todo el continente. Manolo Escobar optó por denunciar el robo de su carro, mientras dirigía la mirada a Isabel Pantoja, de comensal en ese momento. Al rato la sevillana, con desplante, pregonaría lo de "y ahora me ha tocao a miií". El 15 de junio del 77 fue la Nochevieja de un frío verano y TVE cristalizó la delicada estrategia de mantener en la Moncloa al centrista ingeniero de toda esta reforma, Adolfo Suárez, ex director general de la casa.

El espectáculo del Florida Park, iluminado como una pista de coches de choque, no da ahora ni para una gala de graduación escolar pero en ese momento parecía la traslación de Disneylandia. Los enchaquetados camareros servían consomés y whiskazos a los famosos, que igual esperaban en las mesas como al poco saltaban para ser agasajados con claveles. Abrió aquella noche en la Primera y en la Segunda, de manera simultánea, Julio Iglesias, exportado y muy intenso, al que sucedería Manolo Escobar, tras las bofetadas de Lusson a Codeso. El padre del abofeteado, Manolo Codeso, interpretaría otro sketch políticamente incorrecto donde era multado por una escultural mujer policía.

Entre canciones eróticas de Mystic y canciones de supervivencia de Karina o Lolita se intercalaban los cómicos del momento, desde Andrés Pajares (con un amigo que equivocándose de siglas votó a la Renfe), el mexicano Chicho Gordillo y el chileno Bigote Arrocet. El actual novio de María Teresa Campos terminó su actuación cantando de rodillas el Libre de Nino Bravo. Menudo superviviente. La TVE de 1977 era así de desconcertante. Pepe Da Rosa estrenó allí lo de "la ducha y la cama, y el yes very güell", que aún sería prohibida en la radio. El humorista se trastabilló, imaginamos que con intención autocensora.

El personal no estaba habituado a estos maratones de cuatro horas (Sálvame cualquier día dura más) y estaba más atento a los datos electorales que a escuchar la infidelidad de Sandro Giacobbe, los ardores del Trío Acuario (con Mayra), las baladas de Joan Bautista Humet y Joe Dassin y las rumbillas de Los 3 sudamericanos. En esas fue cuando, sobre la una, apareció Inka Marina pronunciando lo de "entrre florres, fandanguillas y alegrrías". Un Viva España de "sardañas" que es capaz de emocionarnos. La democracia estaba inventándose y al pueblo le daba tranquilidad que Íñigo les dijera buenas noches con Suárez respaldado por la mayoría.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios