TV-Comunicación

El 'prime time' frustrado

  • T-5 y A-3 dejaron en avances sus estrenos anunciados

  • La TV sufre una creciente deserción de noche

'Palmeras en la nieve', pelicula de la que A-3 emitió anoche sólo un avance.

'Palmeras en la nieve', pelicula de la que A-3 emitió anoche sólo un avance. / -atresmedia

Antena 3 y Telecinco no emitían anoche los contenidos anunciados días atrás en antena, la película Palmeras en la nieve y el estreno de la serie La verdad, respectivamente, y en su lugar ofrecían unos avances bajo el título ambos de La noche de, que habían reflejado en su adelanto de parrillas para evitar así una sanción por contraprogramación. La normativa hace ya años que intentó impedir que las cadenas jugaran entre ellas al gato y al ratón, para perjuicio de los espectadores (y de los medios que informamos de la tele), pero estas tablas del miércoles entre Telecinco y Antena 3 llaman la atención por el nerviosismo en los programadores. Antes de fallar en el disparo de un gran estreno (con el Real Madrid enfrente, además), las grandes cadenas reservan sus contenidos aunque ello ocasione cierta decepción en la audiencia. Telecinco y Antena 3 están empatadas a un 12,5% de cuota en estos momentos, tras una pírrica victoria de la de Mediaset en enero con un 12,4%. La tercera en discordia, La 1, alejada en años atrás por sus crisis de gestión, ha empezado a arañar décimas, 11,8% en estos momentos, gracias al tirón de espacios como OT o Masterchef y al ascenso en la pieza clave, los informativos. Lo que aviva ese nerviosismo de cara a los accionistas.

La ya casi infinita dispersión de cadenas y soportes de consumo son los factores que comienzan a replantear a medio plazo la televisión generalista en España. Para las pequeñas cadenas es un problema de supervivencia y para las grandes es una alerta para no desangrarse de manera acelerada.

Y el detalle se halla en las cifras grandes, en los totales: de 3 a 4 millones de españoles han ido dejando de ver el prime time de forma cotidiana en la televisión en línea para pasarse a las plataformas de pago u otros visionados antes de marcharse a la cama. El retraso del contenido estelar al filo de las once de la noche podría una medida comercial eficaz a corto plazo, un tacticismo facilón que da la espalda al problema de fondo: el personal cada vez está más cansado de esperar hasta las tantas. La solución pasa por adelantar la hora, como se viene pidiendo desde las propias instituciones, o al menos mejorar la calidad de ese prime time que se abona demasiado al cine y a programas maratones. El estreno de la serie Cuerpo de élite superó los 4 millones de espectadores hace una semana, pero salvo El Hormiguero, que va en access prime time, apenas hay contenidos que se acerquen a los 3 millones.

Aunque no sean en cifras que causen alaridos, sí que generan preocupación: los españoles no están por la labor de aguantar a las once para ver el programa más esperado (esquivando intermedios prolongados; los de medianoche son, además, letales) y aún más se decepciona si lo que se ofrecen son minutos de avance de lo que se venía anunciando días atrás. Si las propias compañías no confían en sus estrenos, menos confianza pueden despertar unos espectadores hartos de esperar y de sortear interrupciones de todo tipo.

Hasta el año 2014 había unos 20 millones de españoles que en el mes de más de consumo de TV, en enero, veían de media el prime time. De esa audiencia surgían los casi 6 millones que anotaba la serieÁguila Roja en 2010 o los 5 millones que en 2014 registró El tiempo entre costuras en Antena 3. Cuéntame fue la serie más vista de enero de 2015, con 3,6 millones de espectadores, cuando empezaba a notarse esa deserción. La misma serie de La 1 anotó en su estreno del pasado enero 2,9 millones. En 2015 tenía una cuota de 18,1% y su cifra actual es del 17,7%: el share de Cuéntame es parecido pero el bajón en el total de espectadores son los que han dejado de seguir en línea el prime time. Una parte de ellos, unos 400.000, ven los capítulos en streaming.

Las propias cadenas no lo están poniendo fácil para recuperar espectadores ante el sofá y que no se salten los anuncios. En el caso de La 1 se convierte cada vez en más injustificable la presencia en la parrilla de Hora punta, destinado sin más objetivo a retrasar el prime time de la cadena sin anuncios.

Las mediciones aún tienen que ajustarse a los nuevos hábitos, a un fotografía de la audiencia que parece ahora más movida, pero los espectadores a su vez han de encontrar la respuesta de unas programaciones que ilusionen, que aspiren a innovar y que estrenen con más asiduidad. En un negocio tan caro parece que se pidiendo mucho entre tanta fragmentación. Pero la reacción, al menos, no debería ser la emisión en avance de unos minutos de un contenido promocionado, porque la gente sigue yéndose cada vez más a hacerse la parrilla por su cuenta.

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