TV-Comunicación

"Sigue sorprendiendo una moneda que desaparece ante nuestros ojos"

  • El ilusionista barcelonés protagoniza los sábados por la noche de DMax con nuevos trucos entre los famosos con sus convivencias de '48 horas'

El Mago Pop sorprende a Mireia Belmonte con una de sus medallas.

El Mago Pop sorprende a Mireia Belmonte con una de sus medallas. / discovery

Hace magia en cualquier parte, pero detrás de esos trucos, por supuesto, hay mucha preparación para que la sorpresa sea el resultado. Antonio Díaz (Badia del Vallés, Barcelona, 1986) es El Mago Pop y de la mano de El Terrat ha regresado los sábados a DMax (22.00) con nuevas entregas de su 48 Horas con..., convivencias con famosos mientras da rienda a su ilusionismo. Los invitados de esta noche son el chef Jordi Cruz, Mireia Belmonte y Alaska y Mario Vaquerizo.

-Una temporada de cuatro capítulos. Tratándose de magia, es normal una tanda tan corta.

-Así es. Cada programa tiene trucos inéditos y son unos veinte juegos por programa. Imaginaos cómo es de agotador un esfuerzo como éste. Intentamos que el nivel sea siempre muy alto.

-¿Adapta los trucos según el famoso con el que convive?

-Hacemos juegos creados para cada uno. En el caso de este sábado con Mireia Belmonte hacemos magia bajo agua. Y con Jordi Cruz, en su propia cocina. O con Bustamante nos fuimos a la obra.

-¿Y para sorprender a Mario Vaquerizo?

-Nos fuimos a su casa. Era una oportunidad para emocionarles. A él y a Alaska.

-¿Cómo se le van ocurriendo los trucos?

-Siempre hay que estar pensando. En mis trucos hay de todo: ingeniería, técnica, habilidad, ciencia. Se suman todos los conocimientos. Por mi parte y por la de mi equipo de I+D. Trabajan conmigo para crear ilusiones, aplicar los efectos a la ilusión. Y también recupero clásicos olvidados. En el equipo tengo ingenieros, físicos...

-Es decir, para despertar la ilusión hay que ser muy racional. Hay que controlar las ciencias.

-Es una paradoja. Hay que ser muy racional para crear el asombro. Hay muchas técnicas y mucho conocimiento para hacer magia. La habilidad manual me gusta, pero hay crear otras ideas.

-Los trucos de cerca ganan en sorpresa...

-De ahí que hagamos magia entre famosos. Los juegos de manos me encantan y siempre funcionan los trucos de cartas o con monedas. Yo desde pequeño siempre estaba haciendo trucos.

-¿Qué pensaban sus padres cuando no cesaba de estar con los trastos de magia?

-Mis padres pensaban que les salí algo raro. También me interesa la magia de gran formato, como la de David Copperfield, mi ídolo de niño. Siempre fue inspirador.

-¿Le gustaría recuperar alguno de esos grandes trucos?

-Es cuestión de adaptar la estética a los tiempos actuales.

-¿Pero el público de ahora es más exigente, ha visto más?

-Sí, el público es ahora más exigente y por eso en el teatro hay que tener un nivel muy alto. En vivo no tienes margen: debes impresionar. Se pueden recuperar trucos de siempre con las mismas técnicas pero con utensilios actuales, aprovechando los teléfonos móviles, por ejemplo.

-A un ciudadano de hace treinta años mucha tecnología de ahora le parecería magia.

-Claro, la tecnología es magia ya de por sí. Pero por muchos avances que haya, por muchas cosas increíbles que sean corrientes, sigue sorprendiedo una moneda que desaparece ante nuestros ojos.

-¿Un mago de los de antes podría triunfar hoy día?

-Si trasladrámos a Houdini y lo pusiéramos en un teatro de hoy seguiría triunfando Y Copperfiel, estética aparte, aguantaría perfectamente. Modernizar la magia es más bien sólo estético. Es un lenguaje universal.

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