TV-Comunicación

Modelo insostenible

  • Se recortan las transferencias a las públicas mientras las privadas se afanan en tener un fajo de canales que sobreviven por la supresión publicitaria en TVE

La televisión que tenemos pertenece a tiempos de bonanza económica suicida, cuando en 2005 se abrió la TDT a un abanico "de pluralismo" para que explotaran canales de televisión amigos, conocidos y enemigos. Y eso con canales públicos de plantillas planteadas para modelos de los años 80 y números rojos amontonados desde los años 90. No hay tantos canales en abierto en ningún otro país de Europa como en España, 29 a nivel nacional, de los que 2 son de pago, más una galería de autonómicas y locales que se elevan a unas 360 pese a las abundantes bajas que ha habido por este flanco. No hay tampoco en ningún otro país tal concentración de canales en un duopolio privado, 14 a partes iguales entre Mediaset y Antena 3 (Planeta). Tras años de aperturas, expansiones y costes al alza, el panorama se comprime y el paisaje esencial vuelve a quedar igual que hace veinte años: TVE, Telecinco, Antena 3 y un modelo de televisión de pago encabezado por Prisa, Canal +. En 1992, cuando empezaron a medirse los índices de audiencia, era un solo canal por barba privada, y ahora se han convertido en familias numerosas, que hay alimentar de alguna manera, a veces sin interés y sin razón, con una RTVE que también duplicó de sobra su oferta pero que a su vez ha visto menguada a un tercio la influencia que llegaba a tener en los tiempos de aquella crisis del 92 (28,9% de cuota anual para La 1, 9,5% para La 2). El 92, una crisis económica que parece de juguete. Eso sí, todavía quedan algunos canales que navegan en solitario, convertidos en cáscaras de nuez, por estos mares de los mandos infinitos (a ello hay que sumar la competencia indirecta de internet), mientras que el negocio de la televisión de pago, repartido entre cuatro empresas principales, es destructivamente beneficioso. La televisión cuesta mucho, pero en años pasados hubo un empeño en convertirla en más cara.

Todas los operadores se reparten una recortada tarta de ingresos de 2.000 millones de euros para este 2012. Y si a Mediaset y a Antena 3 les salen las cuentas todavía es porque la eliminación de TVE del ámbito comercial en 2009 les permite acceder a sus 400 millones de publicidad. Las dos grandes privadas se reparten el 85,5% del mercado, más del doble que en 1993, cuando había mucha menos competencia. Las dos iniciativas españolas que surgieron en este siglo para explotar la televisión en abierto, Cuatro y La Sexta, quedaron absorbidas en esta maligna TDT por las dos veteranas, ambas bajo batuta italiana. Prisa, enfrascada en negocios en Sudamérica y Portugal que le han truncado su futuro, tuvo que vender Cuatro a Mediaset para aliviar sus más de 4.000 millones de deuda; y La Sexta, alimentada con capital mexicano, formó parte de la guerra del fútbol de Mediapro que le llevó a despeñarse hasta ser aprovechada por Planeta. Mediaset también forma parte ahora de Canal + y A-3 ya verá qué hace con el alquilado Gol TV.

En la parte privada de la TDT hay un repliegue de posiciones mientras se sustentan demasiados canales temáticos que de no ser por tantas redifusiones no tendrían contenidos suficientes. El Gobierno, dentro de la operación del dividendo digital (la venta de franja de la TDT a la telefonía móvil por valor de 1.300 millones), ha propuesto la reducción de un múltiplex, la supresión de dos canales por cada gran privada, pero la respuesta es negativa. Mediaset incluso ha anunciado la puesta en marcha de una octava señal, La Nueve, para 2013. En la guerra por la audiencia, por la contratación publicitaria, las grandes no desean alterar su número de canales. La solución podría pasar por sacrificar las señales de la alta definición, lo que se atisba como un lujo para la televisión en abierto española y un atraso tecnológico.

En el Reino Unido se captan una treintena de canales, entre los que también se incluye la CNN, y tanto la televisión pública (con 8 canales, algunos a punto de cerrar) como la principal privada, la ITV, sirven señales regionales. En Francia la TNT la forman 17 cadenas, 4 de ellas públicas, una de ellas regional; y de la veintena de Italia, 8 son de la RAI y 11, tres de pago, son de Mediaset. No hay nadie que sostenga tanta televisión en el aire como España. Y las administraciones autonómicas metiendo la guadaña en aquellos juguetes televisivos de los 80, como sucede en Valencia y Madrid, con expedientes de millares de afectados. La Junta de PSOE e IU asume mantener Canal Sur en 2013; como el PP con TVE ¿Pero un modelo insostenible hasta cuándo puede aguantar?

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