Sociedad

Una niña de 11 años se convierte en la sexta víctima de la explosión de Gavá

  • Aún se encuentran internados una menor de 10 años con pronóstico de extrema gravedad, otros nueve en estado muy grave, y seis más con pronóstico grave.

Una niña de 11 años, que sufría quemaduras en el 80 por ciento de su cuerpo, falleció el martes por la tarde, convirtiéndose en la sexta víctima de la explosión de un edificio en Gavá (Barcelona) el pasado 3 de diciembre. La víctima permanecía ingresada en la Unidad de Grandes Quemados del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, y falleció por una parada cardiorrespiratoria.

Ahora queda una menor de 10 años con pronóstico de extrema gravedad, otros nueve que están en estado muy grave, y seis más con pronóstico grave. De los heridos, siete son niños de entre 10 y 13 años, y tienen quemaduras que afectan a entre el 15 y el 90 por ciento de su cuerpo. El resto son adultos de 19 a 43 años, y tienen entre el 12 por ciento y el 90 del cuerpo quemado.

Para facilitar el reagrupamiento familiar, dos de los heridos que hasta ahora estaban hospitalizados en Bellvitge serán trasladados al Vall d'Hebron. Cinco familias serán realojadas a lo largo del día de hoy en los pisos que han dispuesto la Conselleria de Medio Ambiente y Vivienda y el Ayuntamiento de Gavà. Cuatro ya entraron a vivir en estas viviendas entre el jueves y el viernes. Las últimas dos familias quedarán pendientes de ser realojadas, en función de la evolución médica de sus familiares heridos.

La explosión, que provocó un total de 24 heridos, se produjo en la madrugada, cuando una vecina del bloque alertó al 112 de un escape de agua que derivó en la Policía Local que se desplazó al lugar y dio el aviso. Sin embargo cuando éstos estaban a punto de salir del parque de Gavà, se produjo el aviso de explosión. Los servicios de emergencia se desplazaron al lugar y allí tardaron varias horas en apagar el incendio que se produjo después de la explosión. Posteriormente se dedicaron a rastrear las viviendas en busca de gente que pudiera haberse quedado atrapada entre los escombros, una actividad que resultó complicada ya que la estructura del edificio quedó muy dañada y los profesionales tenían que ir asegurando cada una de las zonas para trabajar sin peligro.

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