Sociedad

Negociación a contrarreloj en Bali por las diferencias entre EEUU y la UE

  • Varios grupos de trabajo buscan consensuar un texto sobre la reducción de emisiones en el que ya existe un acuerdo que implica a todos los países · El secretario de la ONU ha vuelto a la conferencia

Las profundas diferencias que mantienen Estados Unidos y la Unión Europea (UE) han obligado a posponer hasta hoy el acuerdo final de la conferencia de cambio climático que la ONU celebra en Bali desde el pasado día 3 de diciembre.

El plenario de la conferencia, que debería haber votado ayer por la tarde el texto que definiera la hoja de ruta para conseguir en 2009 el acuerdo que dé continuidad en 2012 al Protocolo de Kioto, fue suspendido y al cierre de esta edición continuaban las negociaciones sobre el documento final de la conferencia. Un bloque central de 40 personas se dividió en varios grupos de trabajo para conversar por separado los pasajes más espinosos del texto y consensuar un texto que pueda ser asumido por todas las partes.

Pese a que persistían las divergencias sobre la mención a objetivos específicos de reducción de emisiones durante esta jornada maratoniana, según una delegada francesa, los negociadores habrían hilvanado "un acuerdo que implicase a todos los países desarrollados y en vías de desarrollo". Esto significa también a Estados Unidos.

"Estados Unidos pide que los países en desarrollo tengan las mismas obligaciones que los países industrializados", explicó el ministro alemán de Medio Ambiente, Sigmar Gabriel.

"Los países en vías de desarrollo están dispuestos a hacer más, pero no quieren que se les ponga en la misma categoría que los países industrializados", agregó.

Dada la creciente presión internacional en torno al calentamiento del planeta, todo el mundo coincidía ayer en señalar que sería inconcebible irse de Bali sin lograr un acuerdo.

El desencuentro entre la Unión Europea (UE) y Estados Unidos sobre los compromisos de reducción de emisiones que deben asumir los países desarrollados y las acusaciones de las naciones en vías de desarrollo de presiones para rebajar sus emisiones, ha marcando, sobre todo, este retraso en el final de la conferencia de Bali.

La UE mantiene su posición de firmeza para que el documento final de la reunión recoja de una forma clara que los países industrializados se comprometen a reducir sus emisiones, y apuesta por que ese documento incorpore que la reducción será de entre el 25 por ciento y el 40 por ciento en el año 2020.

Bruselas mantiene en Bali que esa horquilla (25-40) es la que han recomendado los científicos del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) de la ONU, cuyo informe fue unánimemente aprobado por todos los países.

Estados Unidos, Canadá y Japón se oponen, sin embargo, a establecer esos compromisos, por considerar que pueden condicionar las negociaciones que arrancarán el año próximo.

Para tratar de acercar las posturas, Indonesia, como país anfitrión y presidente de la conferencia, ha hecho una propuesta para tratar de consensuar un texto que satisfaga a todas las partes, y ha planteado que el documento final refleje el compromiso de los países ricos a reducir sus emisiones en un 50 por ciento en el año 2050.

Ante el desencuentro y la ralentización de las negociaciones, algunas partes apuestan por renunciar a especificar en el documento esos compromisos y por aplazar ese debate, conscientes de que en el año 2009, cuando se debería cerrar el acuerdo multinacional que sustituirá al Protocolo de Kioto, habrá cambiado, tras las elecciones del próximo año, la Administración estadounidense.

A estas dificultades en la negociación se han sumado las acusaciones de última hora de los países en vías de desarrollo (agrupados en el G-77 más China), que denunciaron que han sido amenazados con sanciones comerciales si no aceptaban comprometerse a limitar sus emisiones de carbono.

"Hemos estado bajo una fuerte presión para aceptar compromisos para aumentar la mitigación de una forma injusta y que retrasaría el desarrollo de nuestros países", dijo ayer el embajador de Pakistán ante la ONU y presidente del G-77 más China, Munir Akram.

El secretario ejecutivo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, Yvo de Boer, negó posteriormente esas amenazas denunciadas por los países pobres.

"Creo que estamos cerca del acuerdo, no hay bloqueo", indicó De Boer, quien aseguró que "los países están siendo muy cuidadosos con el lenguaje porque dan mucha importancia al viaje en el que se embarcan, y no quieren que se les lleve por un camino por el que no desean ir".

Por su parte, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, ha regresado a Bali para recoger el documento final de la conferencia o, si llega a ser necesario, para volver a sentarse con las delegaciones.

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