Sociedad

Japón rechaza ampliar la zona de evacuación

  • El OIEA aumenta la presión sobre el país mientras visita la zona Sarkozy, que pide una reforma de los estándares nucleares y anuncia que el tema se abordará en mayo en el G20.

Japón descartó este jueves ampliar de momento la zona de evacuación de 20 kilómetros en la central de Fukushima, pese a los altos niveles de radiación en zonas más alejadas, mientras llega ayuda internacional para reconducir la situación.

El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) aumentó la presión sobre el Gobierno japonés al apuntar que en el pueblo de Iitate, a 40 kilómetros de la central,se han registrado niveles de radiación dos veces superiores a los límites fijados por la agencia y recomendó la evacuación. El portavoz del Gobierno, Yukio Edano, contestó que la radiactividad fuera de los 20 kilómetros y de los 30 en los que se recomienda extremar precauciones se vigilará durante un plazo mayor de tiempo. "No tenemos planes inmediatos de evacuar, pero naturalmente si los altos niveles de radiación en el terreno continúan durante un período largo de tiempo afectarán probablemente a la salud, por lo que tomaremos medidas si es necesario", indicó Edano.

Por su parte, la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón (NISA) indicó que el nivel en Iitate no superan los límites fijados por Japón, que toma las medidas de radiactividad de una manera diferente. No obstante, los técnicos que trabajan en la inestable central nuclear de Fukushima Daiichi no parecen haber contenido las filtraciones radiactivas en el mar cercano a la planta, ya que hoy se anunciaron nuevos máximos de materiales radiactivos. El nivel de yodo 131 fue 4.385 veces superior al límite legal en las muestras tomadas el miércoles a 330 metros al sur de los reactores más dañados, una nueva subida récord desde el pasado viernes que pone en evidencia la dificultades para frenar las filtraciones en la planta.

La NISA reiteró que el yodo radiactivo no supone un riesgo para la salud humana, ya que su toxicidad se reduce a la mitad en 8 días, por lo que solo bajas cantidades podrían llegar a la cadena alimentaria en la fauna marina. No obstante, los valores de cesio 137, un elemento mucho más peligroso porque solo se degrada a la mitad en 30 años, aumentaron hasta las 527 veces sobre el límite permitido, un dato que si se sigue incrementando podría tener consecuencias más serias.

Para poner fin al aumento de las continuas emisiones de radiación, Japón contará con la aportación de la empresa francesa Areva, una ayuda ofrecida a Japón por el presidente galo, Nicolas Sarkozy, que se convirtió en el primer mandatario que visita el país tras el terremoto. Pese a que el Gobierno francés evacuó a la mayoría de sus ciudadanos en los primeros días de la crisis y trasladó su embajada a Kioto, Sarkozy mostró ahora su apoyo y abogó por que se impongan "estándares de seguridad internacionales" en materia nuclear, un tema que, según anunció, se abordará en la reunión del G20 en mayo.

El primer ministro japonés, Naoto Kan, reconoció que es necesario "revisar la política nuclear de Japón" una vez este controlada la situación en la central de Fukushima. En su visita de pocas horas, Sarkozy, cuyo país obtiene más del 70 por ciento de su electricidad de la fisión nuclear, vino de la mano de la presidenta ejecutiva de Areva, Anne Lauvergeon, que ofreció ayuda de expertos galos para extraer el agua radiactiva que obstaculiza los trabajos en Fukushima.

Areva asesorará a Tokyo Electric Power (TEPCO) en las labores de contención de las filtraciones en Fukushima Daiichi, y se sumará a la aportación que realiza desde los primeros compases de la crisis Estados Unidos. El Gobierno estadounidense ha aportado asesores y robots para intentar enfriar los reactores de la planta y enviará un equipo de 140 militares especializados en crisis nucleares, según informó hoy el Ejército japonés. Tras 20 días de interminables trabajos de contención en Fukushima Daiichi, Kan evaluó la situación como "muy crítica" y dijo que "hay que analizar como se ha llegado a un accidente de estas proporciones y revisar la manera en que utilizamos la energía nuclear".

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