El nuevo ministro de Salud de Argentina, Juan Luis Manzur, informó que "se estiman en 100.000 los pacientes" que se contagiaron el virus de la nueva gripe A (H1N1) desde que apareció el primer caso en el país, por lo cual se extremaron las medidas sanitarias.

Manzur declaró que existe "una estimación de cerca de 100.000 casos efectivamente producidos, incluyendo los que enfermaron y curaron, los que tuvieron síntomas leves y los asintomáticos".

El funcionario señaló que hasta el jueves por la noche se habían confirmado 44 muertos a causa del virus de la influenza A, pero esta mañana se sumaron otros dos casos fatales.

La secretaria de Salud de la provincia de Santa Fe, Débora Ferrandini, confirmó hoy que dos personas murieron en la ciudad de Rosario, por lo que el total de fallecimientos confirmados a causa del virus H1N1 asciende ya a 46.

Según informó el presidente de la ONG Red Solidaria, Juan Carr, a radio Continental, se encuentran en estudio además los cuerpos de entre 40 y 42 fallecidos sospechosos de haber estado infectados de influenza A.

El último informe oficial databa del viernes pasado, dos días antes de las elecciones parlamentarias del domingo en Argentina, cuando se comunicó que había 26 muertos y 1.587 infectados.

El ministro de Salud, quien asumió el cargo el miércoles pasado, aclaró que las nuevas estimaciones de contagios se están "infiriendo en base a datos epidemiológicos: no hay 100.000 casos confirmados por laboratorio porque eso es imposible acá y en el resto del mundo".

Según explicó, desde que comenzó a circular el virus H1N1 en la Argentina, en la segunda semana de mayo, se notificaron oficialmente "aproximadamente 100.000 casos de EFI (enfermedades tipo influenza) y este año el virus que está circulando en un 85 por ciento inferimos que es el H1N1".

"Cuando uno compara con años anteriores, estamos dentro de los valores de notificación obligatoria, lo que cambió es el virus", sostuvo en declaraciones al canal noticioso TN.

El jefe de la cartera sanitaria remarcó en tanto que "la curva epidemiológica está en ascenso todavía" y que el objetivo actual es "buscar el amesetamiento de la evolución, es decir, procurar que no se produzcan picos importantes que saturen la infraestructura sanitaria, especialmente en la ciudad de Buenos Aires y el conurbano".

Para evitar una mayor propagación del virus, se decidió anticipar el inicio de las vacaciones de invierno en las escuelas de todo el país, al tiempo que varios distritos declararon la emergencia sanitaria para enfocar los recursos públicos en el combate a esta enfermedad.

También se anticipó la feria judicial invernal y varias provincias y municipios tomaron medidas más drásticas, como el cierre de lugares públicos y de actividades de esparcimiento, culturales y deportivas.