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En horas bajas, pero muy copero

  • Caparrós vuelve a cruzarse con el Sevilla con la semifinal de San Mamés como mal recuerdo · El Mallorca, dos meses sin ganar .

El Real Mallorca será el rival del Sevilla en los octavos de final de la Copa del Rey y el enfrentamiento, después de que los bermellones eliminaran al Deportivo tras un 0-0 en el Iberostar Estadio que hacía bueno el 1-1 del partido de ida en Riazor, propicia un nuevo duelo con Joaquín Caparrós, un técnico cuyo pasado sevillista sigue marcando cada cruce de uno de sus equipos con el club nervionense, en especial en una competición en la que el utrerano ha demostrado moverse como pez en el agua y que deja para el recuerdo la final de la que privó a su ex equipo con el Athletic en 2009.

Pero Caparrós, que visitó Nervión con el Mallorca hace poco más de un mes cosechando una nueva derrota (el utrerano sólo ha logrado salir una vez vencedor del Pizjuán como visitante, con el Dépor en 2004), no vive precisamente sus mejores días en Palma. La clasificación para la siguiente ronda copera, aunque haya sido con nulo brillo, ha mitigado algo la preocupante racha liguera del equipo balear, que firma, tras trece jornadas disputadas, el peor arranque desde el último ascenso hace dieciséis años. Sólo el Mallorca de Héctor Cúper en la campaña 2004-05, con diez puntos, presentaba peores números que el actual a estas alturas de temporada. Con 12 puntos en total y sólo uno sumado de los últimos 24 posibles, la situación de Caparrós no se discute, pero empieza a inquietar. El Mallorca acumula dos meses sin conseguir un triunfo, incluidos los dos partidos de Copa ante el Deportivo, y ni siquiera el pase a octavos contentó a la escasísima afición que acudió al estadio, algo más de 5.000 espectadores. "El Mallorca se mete en octavos con nulo fútbol", titulaba Diario de Mallorca. "Lo importante es que hemos pasado, el empate nos deja una cosa positiva y es que hemos conseguido mantener la portería a cero y estamos en octavos gracias al gol que marcamos en Riazor. Poco a poco vamos cambiando la dinámica a resultados más positivos", decía Caparrós.

Pero el recelo en el seno del sevillismo se asienta en la base de la reconocida tradición copera del preparador utrerano. Y, de hecho, no se olvida aquella semifinal de Copa en la que Caparrós eliminó al Sevilla con el Athletic en un partido de infausto recuerdo en San Mamés (3-0). Se sacaba así la espina de otra semifinal ante el Sevilla en la que no corrió la misma suerte. Fue con el Deportivo el año del primer título copero del Sevilla de Juande Ramos. Se da la circunstancia entonces de que Caparrós se habrá medido a su ex equipo con los tres conjuntos a los que ha dirigido desde su marcha, Dépor, Athletic y ahora Mallorca, y ante tres entrenadores distintos, el citado Juande Ramos, Manolo Jiménez y Míchel, duelo con el que descompensará la balanza en cuanto a enfrentamientos entre Caparrós y el Sevilla en este torneo.

Pero la nueva visita de Caparrós al Pizjuán -aun no llegando en buen momento para el crédito de Míchel, que no logra sacar al Sevilla de la medianía de la tabla- no debe levantar más comentarios de la cuenta. Hay que recordar que ambos técnicos protagonizaron ciertas diferencias al final de la pasada campaña cuando el entrenador madrileño lo acusó veladamente de querer moverle la silla en el banquillo sevillista cuando él se jugaba la renovación.

Míchel y Caparrós no se saludaron con motivo de la reciente visita del Mallorca a Nervión porque el ex mundialista no se sentó en el banquillo al cumplir uno de los dos encuentros de suspensión con que fue sancionado tras su expulsión en el Sevilla-Barcelona. Club y técnico decidieron no recurrir.

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