Quizá todo lo anime que es el único fichaje, pero las ganas por ver a Zokora eran muchas y el costamarfileño no defraudó en la medida que pudo. Dos carreras que levantaron los murmullos de los presentes acabaron en gol. Una fue una arrancada tirando un desmarque por detrás de Acosta que finalizó Jesús Navas de bella vaselina con la izquierda. La otra fue una conducción de balón con la que se plantó casi desde el borde del área propia a cerca de la media luna en apenas un segundo y medio. Un balón se quedó suelto y lo culminó Kone.

Las sensaciones que deja Zokora son las de un futbolista capaz de meter un ritmo tremendo a los partidos. Verlo apretar los dientes en una carrera, de verdad, asusta. Lo ves venir y da miedo. Claro que el plano visual al mismo nivel del césped en estos campos puede hacer que la referencia sea errónea, aunque no muy alejada de la realidad. Eso es lo que más llama la atención, una potencia física que puede ser mortal en los contragolpes. Sorprende al rival porque no lo deja pensar y el equipo aprovecha su descolocación. En cuanto sus compañeros aprendan y se acoplen a sus movimientos, el Sevilla puede sacar mucho partido en ataque de las facultades del costamarfileño. En defensa, casi no hace falta hablar. Es listísimo en la colocación y muy rápido a la hora de anticiparse. Intuye el pase y ejecuta el robo casi siempre con limpieza porque no necesita el contacto, aunque tampoco lo rehúye. También tiene desplazamiento en largo. Realizó un par de ellos, el más aplaudido con el exterior del pie que demuestra que no es un hombre netamente físico. Jiménez lo sustituyó en el descanso, pero ya dejó en el primer amistoso su carta de presentación. Zokora es listo y también sabía que tenía que dejar un par de pinceladas.

Del equipo también conviene analizar su funcionamiento con una semana de trabajo. Se le vio, en general, muy fresco y muy rápido, quizá demasiado para estas alturas de la pretemporada, cuando la carga física debería aplomar algo las piernas.

Kone destacó ofreciendo esa facilidad de regate que ya apuntó antes de la lesión. Marcó dos goles, uno de ellos tras varios recortes en el área, pero protagonizó la jugada más espectacular al regatear hasta el lucero del alba y, después de dejar atrás al portero, fallar a puerta vacía. También anduvo con buen tono Fazio. Jugó de central y puso de manifiesto la teoría de Escribano, que con un par de kilos menos se llega un segundo antes. Jesús Navas también ofreció una buena primera parte, poniéndole el primer gol en la cabeza a Carreño -también a buen nivel- y haciendo una maravilla en el 0-3. Alfaro también viene fuerte y gustaron detalles de José Carlos y el cadete Campaña.

Una cosa sí es cierta, no hay lateral derecho. Casado, un zurdo, jugó en el primer tiempo y Adriano en el segundo.