Llegó como extremo derecho y ha terminado jugando hasta de lateral izquierdo. La capacidad camaleónica de Pablo Sarabia lo convirtió, además de su calidad y su capacidad ofensiva, en el fichaje más destacado de la anterior campaña. Terminó con unos números formidables: 46 partidos, 11 goles (segundo goleador tras Ben Yedder) y 13 asistencias. Y jugó casi de todo, pero sobre todo de extremo derecho. Esta temporada ha aumentado su polivalencia, incorporando la posición de mediocampista o interior a la de extremo derecho o izquierdo, mediapunta, delantero o lateral derecho o izquierdo, posiciones todas en las que actuó el curso pasado. En cambio, esta temporada aún no ha jugado en su posición original.

Si Jorge Sampaoli ya le dio mucho protagonismo al talentoso futbolista madrileño, Eduardo Berizzo ha dado otra vuelta de tuerca al darle la responsabilidad de formar en uno de los tres puestos de su centro del campo, la piedra angular de su sistema. Fue en Getafe donde Sarabia, al salir por Krohn-Dehli en los últimos 20 minutos, actuó por primera vez de interior en la izquierda, desplazando a Ganso a la derecha del triángulo, desde donde el brasileño se incorporó al ataque para marcar el gol del triunfo a pase de Mercado. A Berizzo le gustó aquello tanto que ante el Eibar ya fue titular en aquella posición y cuajó un gran partido. No era un capricho efímero y repitió en Anfield, al salir en la segunda parte, y ante el Maribor, también como suplente. La primera vez, no obstante, fue en la angustiosa vuelta ante el Basaksehir, cuando relevó a Banega en el minuto 91: fue un cambio irrelevante para intentar parar el partido.

La primera titularidad de Sarabia fue como lateral izquierdo, por la baja inesperada de Escudero ante el Espanyol. Carole estaba recién llegado y Berizzo tiró del comodín... Luego fue tres veces extremo izquierdo, ante Girona, Las Palmas y Atlético de Madrid, partido éste en el que se asfixió junto a la cal, obligado a jugar por fuera. Su posición preferida, a pierna cambiada y con capacidad de desborde y disparo hacia dentro, no la ha probado aún. Jesús Navas, que temía su competencia, se ha hecho con el puesto... por ahora.