Semana Santa

El prendimiento hecho tradición

  • El contraste de la celebración de la Pasión se pone de manifiesto en los innumerables y coloridos cortejos procesionales de la provincia

Jueves Santo repleto de matices en la provincia y marcado por la escenificación del Prendimiento en numerosas localidades. Una jornada, la de Pasión casi veraniega que llenó de vecinos y penitentes las calles de los municipios de la provincia, que viven estos días de Pasión con auténtica devoción y de intenso fervor cofrade.

En Lucena fueron cuatro cofradías las que realizaron su estación penitencial. A media tarde salió la Cofradía de la Santa Fe, Nuestro Padre Jesús en el Sagrado Lavatorio y Nuestro Padre Jesús Preso desde la ermita trinitaria de Dios Padre. A las 20:00, y con el Llanete Santiago repleto de lucentinos que no quisieron perder detalle, Nuestro Padre Jesús Amarrado a la Columna, talla del siglo XVII, realizó su salida, con paso rápido como le caracteriza y al son de un torralbo que dejaba en silencio el bullicio de los fieles. A continuación, María Santísima de la Paz y Esperanza seguía los pasos de su hijo. Tras ella, llegaría la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Caído y María Santísima de la Salud, un Cristo tallado en el siglo XVIII. Cerrando el Jueves Santo de Lucena, la Hermandad de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Sangre y María Santísima del Mayor Dolor inició su recorrido desde la iglesia parroquial de Santo Domingo de Guzmán.

En Puente Genil fueron tres las hermandades que pusieron a sus titulares en la calle: Nuestro Padre Jesús Preso; la Virgen de la Veracruz y Nuestro Padre Jesús Amarrado a la Columna; y la cofradía de María Santísima de la Esperanza. Ayer, día del Amor Fraterno, fue una jornada de hermandad en las corporaciones y comenzaron a desfilar, intercaladas en el desfile procesional, decenas de figuras bíblicas representando personajes y pasajes del Antiguo y Nuevo Testamento y también hace acto de presencia en las calles la Corporación del Imperio Romano, compuesta por cinco escuadras, que constituye un emblema de la Semana Santa de la localidad.

La esperada representación del Prendimiento en la plaza de la Rosa inauguró la tarde cofrade en Montilla, que vio desfilar a la hermandad del Preso y de la Virgen de la Esperanza que, con sus cuatro pasos, es uno de los platos fuertes de la Semana Mayor del municipio. El colorido y la algarabía, no reñidos con la magnificiencia, son señas de identidad de esta hermandad que acoge a niños, adolescentes, adultos y mayores por igual. El paso del Huerto abrió la comitiva, seguido del misterio de Jesús Preso, el amarrado a la columna y Nuestra Señora de la Esperanza. Ya a medianoche, la atención se centró en el llanete de San Sebastián para asistir a la salida del Cristo de la Misericordia y la Virgen de la Amargura. El toque de atención de la hermandad para suplir la falta de costaleros tuvo al final respuesta y los dos pasos hicieron su estación de penitencia con normalidad en un inquebrantable silencio.

La parroquia de la Asunción de Palma del Río fue testigo de la estación de penitencia de la hermandad del Cristo de la Expiración. Desde allí salieron los dos pasos: el Cristo y la imagen de María Santísima de los Dolores. Su andadura por el casco histórico duró cuatro horas en las que 110 nazarenos flanquearon el recorrido de esta cofradía fundada en 1758.

El Jueves Santo arrancó en Cabra a mediodía, con la Hermandad de la Piedad que volvió a recorrer las calles con el misterio del Sagrado Traslado al Sepulcro y puso el prólogo a una jornada que, en su tramo vespertino, trajo de nuevo el sabor añejo de la tradición cofradiera más arraigada. Cuatro cofradías hicieron su estación de penitencia, dos desde la parroquia de la Asunción y Ángeles. A hombros de sus judíos, regio e imponente, salió Jesús Preso. Y tras él, los dos pasos de la hermandad de la Columna. Cerró el cortejo penitencial el sublime conjunto que componen la Virgen de la Caridad y San Juan Evangelista, bajo un palio cuyo techo ha sido estreno este año confeccionado por el taller de bordado de la propia corporación. Y desde allí, hasta la parroquia de Santo Domingo donde realizó su salida el segundo palio de la jornada, el de la Virgen de la Esperanza. Por último, desde la pequeña y antiquísima iglesia de San Juan Bautista del Cerro salió la decana de las cofradías egabrenses, la Vera-Cruz. Sobre un pequeño paso realizado en orfebrería, la Virgen de los Remedios, titular mariana de esta seráfica hermandad que hace tan sólo dos años dio un acertado golpe de timón hacia los orígenes de la Semana Santa.

En Baena, el color y la alegría inundaron un año más las retorcidas y bellas calles del casco histórico. Los más de 6.000 cofrades que engalanan la Semana Santa lucieron una vez más en el conocido como Desfile de las Estaciones y realizaron su visita al Santísimo Sacramento en cada una de las iglesias; este año con la novedad de que las cofradías no mantuvieron el orden habitual. Ya en la noche, el Llano de Santa Marina y a los pies del Castillo de la Almedina, acogió a cientos de personas que asistieron a la representación del abrazo de los apóstoles, tras el cual Jesús fue prendido. Tras la escena, la imagen de Jesús del Prendimiento se encaminó hacia la carrera oficial y después desfilaron San Pedro, el Cristo de la Humildad, el Cristo Nazareno de la Vera Cruz, San Juan y la Virgen de la Esperanza de San Juan.

Noche de intensas emociones en Pozoblanco para la Cofradía Salesiana del Santísimo Cristo del Perdón y Nuestra Señora de la Amargura que celebró su 75 aniversario con sus cofrades en las calles de la localidad. El Jueves Santo salesiano volvió a congregar a miles de personas y dejó, como cada año, estampas únicas dentro de la Semana Santa pozoalbense.

La cofradía más antigua de Montoro, fundada en 1554, la de la Santa Vera Crux, y la Hermandad del Santísimo Cristo de la Flagelación y Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos hicieron ayer su estación de penitencia; la primera salió desde la iglesia de Santiago y la segunda desde la iglesia del Hospital de Jesús Nazareno. También el Imperio Romano, con más de 400 integrantes, realizó sus primeros desfiles con la recogida del estandarte y bandera para luego acompañar al Cristo de la Humildad de la Vera Crux. No faltó el Prendimiento en la plaza de El Charco donde Judas, integrado en la Agrupación de Apóstoles y Discípulos del Señor, besa a Jesús y éste es prendido por el Imperio Romano o la carrerilla de la Hermandad de la Flagelación por la muy inclinada calle Salazar justo antes de recogerse en su templo.

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