Semana Santa

El mejor regalo de la Reina de la Judería

  • Los mayores de la residencia de San Juan de la Cruz nunca faltan a su cita con Rocío y Lágrimas

La Virgen del Rocío y Lágrimas, entre los arcos de la Mezquita-Catedral.

La Virgen del Rocío y Lágrimas, entre los arcos de la Mezquita-Catedral. / reportaje gráfico: rafael a. butelo

Las callejas de la Judería anhelan cada Miércoles Santo la salida de su Señora, una Reina que aguarda todo el año, cuidada cual tesoro, en la iglesia de San Roque. La localización del templo de la Hermandad del Perdón y las dificultades para la salida de sus dos pasos suponen un gran atractivo para cofrades, turistas y el público en general. Muestra de ello es que, una hora antes de que la cofradía inicie su estación de penitencia, en la pequeña plaza de la iglesia apenas queda espacio, lo mismo que por la calle Buen Pastor. Los estrechos bordillos sirven de asiento para los que esperan, con paciencia y calor -el termómetro superaba sobradamente los 30 grados a las 17:00-, los pasos de Nuestro Padre Jesús del Perdón ante Anás y de María Santísima de Rocío y Lágrimas.

Los abuelos de la cercana residencia de San Juan de la Cruz nunca faltan a esta cita con la Reina de la Judería que, como cada año, recibe una petalada desde los balcones de su calle. Verla de cerca, desde un sitio privilegiado -en un lateral de la plaza en el que se instalan varias filas de asientos- es el mejor regalo que la bella imagen de Francisco Romero Zafra les puede dar. No obstante, su gesto sereno y mirada dulce los acompaña todo el año.

Muy estrechos son los vínculos entre la Hermandad del Perdón y la residencia, ya que la obra social de la cofradía del Buen Pastor se centra en ella realizando actividades, misas y voluntariado con los abuelos. Tanto es así que la primera levantá de la Virgen del Rocío y Lágrimas, la "Señora guapa de San Roque", como la llamó el capataz, estuvo dedicada a sus mayores.

Tras esto, la Dolorosa avanza, con paso firme, por las estrecheces de la calle Buen Pastor, siguiendo los pasos de Nuestro Padre Jesús del Perdón -que este año estrena una túnica en brocatel- hacia la nueva carrera oficial. A su regreso la expectación será la misma que a la salida, arropados por la multitud que los espera en San Roque.

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