El Buen Suceso

La mirada inquieta y extraña del Cireneo en San Andrés

  • La Hermandad del Buen Suceso estrena el romano en su primer paso, obra de Miguel Ángel González Jurado

Ayudó a Jesús a llevar su cruz hasta el Gólgota, donde luego Cristo fue crucificado. Simón de Cireneo es uno de los protagonistas del paso que ayer puso en la calle la Hermandad del Buen Suceso. Su mirada causa extrañeza. Sus ojos preguntan al romano que vigila a Jesús: "¿Por qué consientes eso?". Es Martes Santo y el barrio de San Andrés está en la calle para ver a su cofradía, orgullosa de su estación de penitencia. El año pasado no pudo ser por la lluvia. El agua les quebró el ánimo y ayer la luna les guió en su camino doliente.

La Hermandad de La Sangre entra ya en la Carrera Oficial cuando en la calle Fernán Pérez de Oliva no hay hueco y la gente se pierde al fondo oscuro. La calle ya tiene su rastro de cera. Por fin. Al igual que el misterio, que ya está en la calle. La Policía pide a la bulla que ensanche el pasillo. Dos nazarenos, de rojo y con cinturón de esparto, encienden sus cirios. El llamador suena sobre el paso de misterio. Velas al suelo. Pies quietos. Una pequeña sonríe tras conseguir agrandar su bola de cera. El nazareno de San Andrés avanza. Velas a la cadera. El paso comienza de nuevo.

Despacio. Muy despacio. El Señor sale de la iglesia fernandina. Sin prisa, que la noche es larga y aún queda mucho por andar. Un costalero llora amargamente tras el paso y los ojos del Cireneo hacia el romano impactan sobre la bulla que calla y aplaude de forma unánime.

Un grupo de pequeños acorrala ahora a dos penitentes. "Nazareno, cera", piden insistentemente hasta que María Santísima de la Caridad tome también la calle. La espera no es muy larga. Apenas una quincena de minutos bastan. La bulla apenas se inquieta. La Virgen aparece, también poco a poco. Despacio. Aplausos. La Virgen de la Caridad encandila a la bulla, la silencia, la conmociona con su mirada. Sin quererlo, casi de pasada, sin intención. Sus ojos se llevan la espera de todos.

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