Priego de Córdoba

Un Viernes Santo para la historia

  • La hermandad del Nazareno decide sacar a su titular pese a la lluvia y tiene que darse la vuelta antes de llegar al Calvario

Un Viernes Santo para la historia

Estaba claro que este Viernes Santo en Priego no iba a ser uno más, ya que la Hermandad del Nazareno celebra el 425 aniversario de su fundación. Pero nadie pensaba que se convertiría en una jornada histórica, un Viernes Santo sin precedentes en el que la que la lluvia, como estaba previsto, fue la triste protagonista de la jornada.

Una mañana que comenzaba, como cada año, con el compás de San Francisco  abarrotado de personas que, paraguas en mano y bajo un constante lluvia que no cesaba, esperaban la salida del Nazareno. Dentro de la Iglesia de San Francisco, Jesús, en su trono, esperaba, meciéndose a hombros de sus costaleros, la decisión final de la hermandad. Fue el hermano mayor, José Manuel Nieto, quien comunicó que la estación de penitencia no se realizaría, y que los pasos de María Santísima de los Dolores Nazareno y San Juan Evangelista San Juanico no procesionarían. Sería tan solo la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno la que subiría al Calvario, si el tiempo lo permitía.

Tras una prórroga de más de 30 minutos, y aunque el tiempo apenas cambió, la imagen del Nazareno realizó su salida, bajos los "vivas" y los aplausos de hermanos y devotos y cubierto por una estructura de plástico que impedía que la imagen se mojara. Hasta ese momento, tanto en el interior del templo, como en el exterior, se vivieron momentos de tensión y de desconcierto, ante la incertidumbre de si finalmente el paso saldría a la calle. Hasta la entrada en la iglesia se desplazaron miembros de la Policía Local y la Guardia Civil para garantizar la seguridad de los cientos de personas que se agolpaban ante las puertas del templo, que sufrieron algún que otro desperfecto.

Finalmente, el Nazareno iniciaba su camino hacia el Calvario, bajo una incesante lluvia que hacía que al llegar al inicio de la plaza de la Constitución, el Paseíllo, se decidiera dar la vuelta y retornar a su iglesia. El paso redoblao este año cambiaba de ubicación y en lugar del Palenque se producía en este punto, donde la marea de costaleros deshacía el camino andado a un ritmo mayor.

Y así, Jesús volvía de nuevo al Compás, donde de nuevo miles de personas lo esperaban y asistían a un hecho histórico ya que la imagen impartió la bendición a su pueblo en ese momento, a las puertas de San Francisco y no en el Calvario. No se recuerda que este hecho se haya producido anteriormente, ya que a lo largo de su historia, la imagen siempre ha subido hasta el Calvario, aún lloviendo.

Tras la atípica bendición, en la que los prieguenses alzaron sus hornazos, la imagen se resguardaba en la iglesia. Una crónica, la de esta mañana de Viernes Santo, que sin duda dará que hablar durante mucho tiempo, y que abrirá un debate en torno a la conveniencia o no de sacar a la calle una imagen de la calidad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que hace muy poco tiempo había sido sometida a un proceso de restauración. En la calle, opiniones y comentarios en ambos sentidos, quienes consideran que se debe preservar el patrimonio de la hermandad impidiéndose la salida en caso de lluvia y quienes defienden que la subida al Calvario es una tradición que no debe perderse nunca, ni siquiera en días como éste.

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