Semana Santa

Metafísica y mil detalles en Capuchinos

  • Cientos de personas acuden a la salida de la hermandad en el Santo Ángel, donde sonó la 'Marcha Real' de Beigbéder

Capuchinos en Semana Santa tiene un no sé qué especial. Plaza más hermosa, en su estilo, quizá no la haya en España, porque Capuchinos no es plaza de bar, terraza, copa de balón y chiquillos jugando sino recinto espiritual, metafísico, donde el alma reflexiona sea mucha o poca la fe. En estos días de procesiones Capuchinos cambia sin embargo, y se funde en ella el gentío popular cofradiero con la lírica andaluza y austera de la cal y el empedrado. Así, bajo ese ambiente mixto, donde está lo siempre mezclado con lo coyuntural, recibió ayer la plaza a la hermandad de la Sangre, el Císter, que hizo una salida ajustada y brillante a eso de las cinco de la tarde. Sol pegajoso caía a esa hora, sol de las cinco en punto, de moscas, de tarde de toros; sol que recibió al misterio de Cristo entre incienso y aplausos. Si el pueblo de Jerusalén despreció entonces a Jesús y prefirió a Barrabás, no ocurre así ahora, cuando Cristo es aclamado y el preso y el poderoso apenas son figuras secundarias que perviven sólo porque se cruzaron con Jesús en su camino para cumplir allí su oscura misión. Momento también esperado, con su regusto, fue la interpretación por parte de la banda de la Esperanza, de sonido tan dulce, tan delicado, de himno nacional con arreglos del compositor Germán Álvarez Beigbéder, gran músico jerezano de enorme sensibilidad e influencia en la música popular andaluza de su tiempo.

Así, con un cortejo cuidado con detalle, con mimo, discurrió la procesión hacia Capitulares, peatonal y remozada, para avanzar luego hacia una Mezquita-Catedral en la que su estampa se ha hecho ya habitual en los últimos años. Regresó la cofradía, pasadas las nueve de la noche, hacia una plaza de Capuchinos que ya al borde de la madrugada, con un público distinto, nocturno y juvenil, recibió a los esforzados hermanos que durante horas y horas avanzaron con fe y en penitencia por la ciudad. Su ciudad.

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