Semana Santa

Día de devoción y estrenos

  • Los municipios cordobeses vuelven a mostrar su potencial cofrade con variadas estaciones de penitencia

  • Pozoblanco recibe al Nazareno y a la Virgen de los Dolores

La provincia volvió a mostrar ayer su potencial cofrade con numerosas estaciones de penitencia en las que la máxima fue la devoción a los titulares. Los estrenos dejaron imágenes para el recuerdo en muchos municipios, donde el Martes Santo no acabó hasta bien entrada la noche.

Un total de ocho pasos salieron ayer en Lucena. El barrio del Carmen recibió a su cofradía con Nuestro Padre Jesús en su Entrada a Jerusalén, el Señor de la Humildad y Nuestra Señora de los Dolores. La vista cofrade se trasladó más tarde a la iglesia de San Mateo que fue testigo, un año más, de la salida de dos de sus cofradías más queridas: la del Cristo de la Humillación y la del Amor, con María Santísima de la Paz Campanitas acompañándole. La primera de ellas estrenó el juego de túnicas para los santeros de Nuestra Señora de las Servitas y escapulario para los hermanos penitentes. Por su parte, El Amor estrenó corazón de oro, realizado por el orfebre y joyero cordobés Manuel Valera, y un cordón elaborado en hilo de oro.

En Puente Genil fue un Martes Santo trasnochador con dos cofradías vespertinas, la de la Santa Cruz y la del Calvario. Ya bien entrada la noche, hizo aparición la imponente imagen del Cristo del Silencio sobre los hombros de sus hermanos. La del Silencio es, sin duda, una de esas imágenes de la Semana Santa pontanesa que se queda para siempre en el imaginario de los cofrades.

Mientras, en Montilla fueron tres las hermandades que se echaron a la calle en uno de los atardeceres cofrades más prolíficos de toda la Semana Mayor de la localidad. Desde la parroquia de Santiago partía a las 20:30 la Vera Cruz, con el indiano Cristo de Zacatecas mecido por los potentes sones de la banda de la Brigada de Infantería de Cerro Muriano. A la misma hora, y en la otra punta de la localidad, la Santa Cena salía desde la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción. La cofradía del barrio de las Casas Nuevas, como popularmente se la conoce, es una de las que realiza una estación de penitencia más larga hasta llegar a la plazuela de la Inmaculada. La tercera hermandad del Martes Santo montillano fue la Caridad. A las 20:45 salía de la parroquia de San Francisco Solano.

La noche del Martes Santo en Priego fue de estreno, ya que la hermandad de la Expiración (La Caridad) realizó un nuevo recorrido en el que los titulares pasaron por calles tan emblemáticas del casco como Villarta o Adarve. Una decisión que no defraudó, ya que la luz de la última hora de la tarde y la belleza de las imágenes propiciaron estampas únicas.

Y como cada Martes Santo, el interés cofradiero en Cabra volvió a desplazarse a la barriada Virgen de la Sierra. Allí, desde la parroquia de San Francisco y San Rodrigo, comenzó su estación de penitencia la hermandad del Cristo de la Sentencia y la Virgen de la Paz. Cofradía de barrio que recorrió de punta a cabo el callejero de la localidad para conquistar la carrera oficial con su particular estilo. Fue, sin duda, un descomunal esfuerzo el que realizaron las dos cuadrillas de la corporación (la del misterio compuesta únicamente por mujeres).

En Palma, los cofrades se congregaron en la plaza del barrio de San Francisco para esperar a la hermandad del Señor Orando en el Huerto. El primero en salir fue el paso de misterio y, a continuación, 40 portadoras atravesaron el pórtico del templo con Jesús Cautivo en lo más alto de la estructura de madera bajo los sones de la agrupación musical palmeña Nuestro Padre Jesús de la Veracruz. Los 200 nazarenos se fueron abriendo paso poco a poco hasta que los varales de la Virgen de la Esperanza asomaron por el lateral de la iglesia. A lo largo del trazado se vivieron momentos que cada año se convierten en una tradición, como las mecías del palio a la altura del antiguo bar Los Novios.

Dos estaciones de penitencia se echaron a las calles de Pozoblanco en la noche del Martes Santo. En primer lugar, la Virgen de los Dolores salía de la parroquia de Santa Catalina, acompañada por la banda de música Santa Cecilia de Pedroche. Minutos más tarde, y con la emoción contenida, como cada año en la plaza de la Iglesia, Nuestro Padre Jesús Nazareno comenzaba su tradicional recorrido. Cargado con gran mimo por sus costaleros, el Nazareno dejaba a su paso estampas únicas que, pese a repetirse cada año, siguen siendo muy especiales ya que se trata de la imagen que genera mayor devoción entre los pozoalbenses.

En Peñarroya-Pueblonuevo tuvo lugar la procesión del Santísimo Cristo del Perdón. La imagen, portada al hombro por una cuadrilla mixta de 20 jóvenes, recorrió las calles del distrito de El Cerro. Salió a las 20:30 desde San Miguel acompañada por un buen número de niños vestidos de nazarenos y madrinas.

La plaza del Charco de Montoro fue el punto de encuentro de todos los cofrades que esperaban la salida de la hermandad del Cristo de la Humildad en su Presentación ante Pilatos. Emocionante fue el momento en el que la cofradía pasó por la plaza de Jesús hasta la bajada de la calle Mártires, donde los espectadores tuvieron que elegir entre el discurrir de la hermandad o el trabajo del costalero bajando la vía en un lento pero sentido y abigarrado esfuerzo entre la estrechura e inclinación de la calle.

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