Oración en el Huerto

La Cuesta del Rayo arropa a su Virgen

  • Cientos de fieles se congregan a las puertas del Corpus para ver la salida

Tarea imposible. Ayer, cuando apenas faltaban unos minutos para las 18:00 horas, resultaba extremadamente complicado acercarse hasta la puerta de la iglesia del Corpus Christi. Cientos de fieles se congregaron ante el templo para ver salir a Nuestro Padre Jesús en la Oración en el Huerto y a Nuestra Señora del Buen Fin. Todo ello, en el año del 25 aniversario de la fundación de la hermandad.

Porque el tiempo, tan consultado en estas fechas, dio un respiro y descanso a los algecireños este Domingo de Ramos. Y los rayos de sol se colaron por las rendijas que las nubes dejaron. La lluvia no apareció, a pesar de que la negrura del cielo se intensificó en algunos momentos, y permitió el descanso de quienes tanto sufrieron con las precipitaciones en los últimos meses.

La Cuesta del Rayo y Jacinto Benavente, engalanados sus balcones de rojo y morado, marcaron el camino de los penitentes hacia la carrera oficial. Las bandas de música enseñaron el paso. Y los aplausos que se escuchaban a lo lejos, mientras los asistentes aguardaban la llegada de Jesús y María, servían de prólogo. Porque los costaleros bailaron los pasos ante los asistentes como tributo a la fe y estos les devolvieron el regalo en forma de palmas, respeto y santiguaciones.

Y al pasar del Cristo, el silencio hizo aparición. Entre los leves susurros del público se perciben las conversaciones de quienes portan al Señor. El capataz los anima, les ofrece fuerzas en forma de palabras, y ellos retoman la procesión, alzando al cielo a Jesús y emprenden de nuevo el camino hacia el centro de Algeciras.

Aunque el tránsito de nazarenos también permitió el reencuentro de amigos y familiares. Antes de la llegada de los pasos, las charlas se convertían en lo habitual; acompañadas de besos y saludos. Porque ayer arrancó la Semana de Pasión y los fieles dejaron los problemas de lado -algunos no del todo, que el paro, Zapatero y la crisis se colaron en las conversaciones- para mirar al hijo de su Dios.

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