café coloquio retos en el mieloma múltiple

Un futuro más esperanzador contra el mieloma múltiple

  • La innovación terapéutica, la llegada del tratamiento de mantenimiento y el desarrollo en el enfoque multidisciplinar de esta patología están cambiando el paradigma de la enfermedad

  • El aumento de años libres de recaída y la mejora de la calidad de vida son los retos actuales

Los tres participantes en el coloquio organizado por el Grupo Joly.

Los tres participantes en el coloquio organizado por el Grupo Joly. / reportaje gráfico: belén vargas

El mieloma múltiple es un cáncer en la sangre que comienza en las células plasmáticas en la médula ósea y se caracteriza por la formación de tumores en las zonas de hueso sólido y dificulta la formación de plaquetas y células sanguíneas. Supone el 10% de las neoplasias de la médula ósea. La edad media en el momento del diagnóstico es de 65 años y menos del 15% de los casos se dan por debajo de los 50 años. Se diagnostican cada año entre 4 y 5 casos por cada 100.000 habitantes y no hay grandes diferencias entre sexos.

Con ánimo de poner sobre la mesa la relevancia de una neoplasia importante y no muy conocida, el Grupo Joly acogió el pasado miércoles la celebración de un coloquio en el que participaron tres especialistas andaluces que conocen bien la evolución en el abordaje de esta enfermedad en los últimos años. De este modo, la innovación terapéutica, y concretamente la llegada de terapias de mantenimiento que evitan las recaídas y logran aumentar la supervivencia, están cambiando el pronóstico de muchos pacientes, aunque aun sea una enfermedad incurable.

Así, Francisco Javier Capote, especialista del Hospital Puerta del Mar, en Cádiz, aporta datos de la Sociedad Española de Oncología Médica que cifran en unos 2.570 casos al año lo que coloca a esta patología en el lugar 19 de incidencia del total de tumores. Se diagnostican cada año entre 4 y 5 casos por cada 100.000 habitantes.

El 20% de las neoplasias linfoides corresponden al mieloma y supone el 10% de las neoplasias de la médula ósea. En función de las particularidades demográficas y geográficas la prevalencia puede ser variable. "En general se observa un ascenso paulatino del número de mielomas y un aumento global de las neoplasias linfoides. Además, se incrementa en todos los grupos de edad y se observa que cada vez hay más casos de menores de 50 años", explica Capote. Asimismo, se diagnostica más y mejor. "Ahora diagnosticamos antes y se ven casos que no son los muy sintomáticos. La edad media en el momento del diagnóstico es de 65 años y menos del 15% de los casos se dan por debajo de los 50 años.

María Casanova, especialista del Servicio de Hematología del Hospital Costa del Sol, en Málaga, destaca varios retos. En su opinión, "cada vez conocemos mejor la fisiopatogenia de la enfermedad y vamos incrementando nuestro arsenal terapéutico que van dirigidas a dianas moleculares concretas, y por eso el reto es conocer mejor el mieloma para poder diagnosticarlos y tratarlos mejor". Específicamente, el reto está en "predecir la respuesta al tratamiento y ver qué pacientes se pueden beneficiar mejor de cada terapia".

Miguel Ángel Álvarez, especialista del Hospital Reina Sofía de Córdoba, quiso poner énfasis en la necesidad de mejorar el diagnóstico precoz, especialmente a través de la implicación de Atención Primaria, siendo consciente de que la "presión asistencial es muy alta" y de que "no siempre están a disposición todas las determinaciones analíticas". Todo esto hace que los pacientes nos lleguen en estadios avanzados de la enfermedad. Por estos motivos, Álvarez propone desarrollar dentro del sistema sanitario andaluz un diagnóstico precoz de todas las gammapatías monoclonales. "El actual abordaje de la enfermedad permite acercar la idea de que en algunos pacientes se logre vivir más tiempo libre de enfermedad y morir por otras causas", subraya.

A la hora de definir las estrategias terapéuticas los hematólogos distinguen entre aquellos que tienen daño orgánico, y vamos a necesitar tratar, y aquellos que no lo tienen. Asimismo, según apunta la doctora Casanova, "distinguimos al paciente joven y candidato a autotrasplante y al paciente mayor o no candidato a trasplante". El tipo de trasplante más usado en Mieloma Múltiple es el Trasplante Autólogo de Progenitores Hematopoyéticos (TAPH); es decir, el uso de células madre propias, tras el tratamiento de acondicionamiento con quimioterapia. "La terapia arranca con una combinación de tres fármacos (Talidomida , Bortezomib y corticoides) y la realización del trasplante autólogo. "Tras el trasplante, tenemos aprobado desde hace tiempo en Estados Unidos y recientemente en España, la terapia de mantenimiento basada en lenalidomida para el tratamiento de pacientes adultos con mieloma múltiple de nuevo diagnóstico que han sido sometidos previamente a un trasplante autólogo", explica Casanova. "Esta innovación ha sido muy importante ya que una vez hemos controlado la enfermedad, el objetivo primordial es evitar la recaída el máximo tiempo". Según los datos aportados por la doctora, el mantenimiento logra retrasar la recaída casi dos años y medios en comparación con no hacerlo. Y los ensayos han demostrado que aumenta la supervivencia global de los pacientes".

Por otro lado, en pacientes mayores tenemos dos esquemas de tratamiento. "Lo que sí estamos viendo en mayores es que el tratamiento continuada presenta mejores resultados que el tratamiento fijo", apunta la experta.

Por su parte, el doctor Álvarez recuerda que se trata de una patología incurable. "Hagamos lo que hagamos el paciente volverá a recaer por lo que lo primero que tenemos que intentar es controlar la enfermedad el mayor tiempo posible y preservar la calidad de vida", explica. "Controlar la enfermedad el mayor tiempo posible permite aportar calidad de vida a estos pacientes. Respecto a las recaídas, el mantenimiento permite retrasar la recaída y aportar la calidad de vida", subraya.

El concepto de las recaídas es esencial en el abordaje de esta patología. "Hay muchas formas de recaer, pueden ser más agresivas o lentamente progresivas. En ocasiones también pueden fallecer por complicaciones derivadas de esa recaída y esto es fundamental para tratar que la recaída sea lo más tardía posible", apunta el doctor Capote. Por su parte, Álvarez pone el énfasis en que los pacientes van a tener complicaciones importantes. "Si conseguimos que la primera recaída sea lo más larga posible estaremos más cerca de lograr que las causas de muerte sean las propias de su edad".

A la hora de explicar cómo se maneja un ámbito con una innovación terapéutica constante, la doctora Casanova cree que "se impone la idea de intentar dar las mejores opciones desde el principio. Queremos dar lo mejor a todos los pacientes desde el principio, aunque nos siempre se pueda. El objetivo en un futuro cercano será intentar frenar el avance de la enfermedad con todas nuestras armas desde el principio."

El mieloma y especialmente sus recaídas tienen un efecto físico y psicológico grave en los pacientes. "El impacto en determinados órganos como huesos o riñones es importante. En mieloma, hay que entender que el enfermo que recae ve perjudicada su calidad de vida enormemente. Tratamos de que no solo aumentar los años de vida si no aumentar la calidad durante esos años", señala Capote. Respecto al impacto psicológico, la doctora Casanova cree que a veces "el proceso de la recaída es más duro psicológicamente que el momento inicial del diagnóstico". El doctor Capote apunta algunos estudios sobre el impacto emocional de la enfermedad, pero subraya que son pocos y es un área que merece estudiarse con detenimiento. "La primera recaída suele ser la de más impacto", señala.

Los especialistas coinciden en augurar un futuro revolucionario en el conocimiento de esta patología. Al igual que ha ocurrido con los linfomas, es probable que se describan distintos algoritmos en relación a las particularidades citogenéticas para poder mejorar en un horizonte cercano, la clasificación de los mielomas.

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