Realizar una cirugía mayor ambulatoria, aquella que no rquiere ingreso hospitalario, puede suponer un ahorro al sistema sanitario en torno al 30 o 40%, pero además es una herramienta para mejorar las listas de espera y una forma de evitar infecciones nosocomiales relacionadas con el ingreso hospitalario. Pese a ello, España aún tiene mucho margen de mejora en cuanto al número de cirugías que se hacen de forma ambulatoria, que además corresponden a las cirugías más prevalentes, tales como varices, cataratas, fimosis, hernias, túnel del carpo o una reconstrucción de mama, entre otros ejemplos.

De esta forma, durante el 12º Simposio Nacional de Cirugía Mayor Ambulatoria, se ha expuesto que si bien nuestro país ha sido pionero en incentivar este tipo de cirugías, actualmente se ha estancado en cifras en torno al 40%. En este sentido, Matilde Zaballos, presidenta del Comité Organizador del Congreso, ha insistido en que "no se trata de alcanzar cuotas del 80% como ocurre en Canadá y en Estados Unidos, pero sí que podemos ser capaces de llegar al 60-65%". En el caso concreto de Andalucía, las cifras están por encima de la media, cerca del 50%, pero lo cierto es que en vez de seguir creciendo, el volumen de cirugías ambulatorias ha disminuido en un 2% en los últimos años.

Los expertos creen que el impulso de estas intervenciones supone ahorro para el sistema

Es por ello que los expertos apuntan a que es clave buscar incentivos para la profesionales y tomar medidas políticas como "crear un observatorio, reflejado a nivel naciona,l en el cual la cirugía ambulatoria tenga una monitorización constante", tal y como exponía Fernando Docobo, presidente del Comité Científico. Sin embargo, otra de las claves pasa por concienciar a los pacientes de la seguridad de este tipo de procedimientos.

De hecho, tal y como exponía Docobo, se producen hasta un 20% de suspensiones de cirugías por parte de los pacientes, motivadas por problemas de salud, olvidos o bien porque el paciente simplemente no asiste a la cirugía, lo que provoca que el quirófano quede vacío, con el consiguiente gasto para el sistema, y aumento de las listas de espera. Pese a ello, Docobo insistía en que "no todas las cirugías tienen que hacerse de forma ambulatoria, el criterio de selección es clave".

En cuanto a otras formas de mejorar la calidad y los índices de la cirugía mayor ambulatoria, María Teresa Valle, enfermera del Hospital Gregorio Marañón, explicaba que la educación al paciente resulta fundamental. Así, reclamaba que paralelamente a la consulta de anestesia, en algunas Comunidades Autónomas también "existe la consulta de Enfermería, en la que se explica al paciente el procedimiento, lo que ayuda mucho a disminuir la ansiedad y el número de suspensiones". Igualmente, otra recomendación pasa por que la llamada de Enfermería para recordar y asesorar sobre el proceso prequirúrgico, se realice 24 horas antes de la intervención, y no 48 horas antes.

Asimismo, la enfermería resulta clave en el cuidado postoperatorio, puesto que es la enfermera la que llama al paciente para realizar el seguimiento en el domicilio. A este respecto, Matilde Zaballos, ha insistido en que "antes estábamos limitados por el factor del dolor postoperatorio, pero hoy somos capaces de mandar a los pacientes con mejores técnicas de analgesia domiciliaria".

Otra de las cuestiones que se ha expuesto en este Simposio es cómo las nuevas tecnologías pueden ayudar en el proceso postoperatorio. Sobre este tema, Zaballos ha explicado que ya existen aplicaciones móviles que permiten al paciente estar en contacto con el especialista e incluso enviar imágenes de su herida, para que el profesional sanitario pueda evaluarla, aunque todavía queda mucho para poder extender este modelo de telemedicina.