¿Faltan profesionales?

Es necesario abordar un plan estratégico que se anticipe a las necesidades

En los últimos años y al igual que con profesionales cualificados de otros sectores, un número muy importante de profesionales sanitarios formados en España (especialmente los más jóvenes), han tenido que buscar su futuro fuera de nuestro país. La mayoría se han incorporado con éxito en otros sistemas en países de nuestro entorno, siendo profesionales bien valorados con un alto reconocimiento y estabilidad.

En nuestra sanidad, los recortes presupuestarios impuestos por el Gobierno de España o la limitación durante algunos años de la tasa de reposición son algunos de los factores que han contribuido a perder efectivos sanitarios y han condicionado la dificultad y a veces la imposibilidad de incorporar profesionales. Incluso, se da la paradoja de que mientras muchos de nuestros profesionales sanitarios han tenido que emigrar a otros países, numerosos profesionales extracomunitarios acuden a las nuevas ofertas de contratación.

Esta situación junto a cuestiones como las futuras jubilaciones, el envejecimiento poblacional, la cronicidad y otros elementos organizativos, condicionan la importancia de planificar con anticipación las necesidades de profesionales sanitarios adecuando así la oferta formativa en las universidades y en el ámbito de la formación especializada desarrollada en los propios servicios de salud, con la demanda previsible del sistema. La sanidad está viviendo un cambio importante porque en la sociedad moderna una de las claves que nos caracteriza es el envejecimiento poblacional tal como se acaba de señalar y este fenómeno junto a la cronicidad hace que los servicios de salud afronten nuevas demandas y necesidades de cuidados de media y larga estancia tanto en los centros como en domicilio, que requieren del concurso de más profesionales y de varias profesiones.

Especialmente importante es el rol de la enfermería para hacer posible un futuro asistencial de calidad. Y también, especialmente importante es proceder a reforzar la atención primaria para afrontar con más garantías los retos que esta situación nos genera.

Si a eso le unimos que los cambios tecnológicos condicionan la necesidad de redefinir la organización en su conjunto junto y el papel de las profesiones sanitarias, cobra más sentido asegurar que el Ministerio de Sanidad asuma la responsabilidad de hacer una planificación estratégica que anticipe las necesidades de profesionales sanitarios en nuestra sanidad.

El Senado va a debatir sobre esta cuestión en los próximos días para tratar de acordar la necesidad de que el Gobierno actúe en el marco de un acuerdo del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, en coordinación con las comunidades autónomas y con pleno respeto de sus competencias, para abordar de forma urgente un plan estratégico para la cobertura de profesionales.

El plan debe contemplar, las carencias de profesionales en el conjunto del Sistema, los déficits de cobertura en determinadas especialidades, las previsiones de las futuras jubilaciones, la cobertura de necesidades de nuevas unidades docentes y la mejora y agilización de los procedimientos de acreditación y homologación. Se hace necesario que este plan estratégico sea periódicamente actualizado mediante un procedimiento público y permanente teniendo en cuenta la evolución de las necesidades.

Estamos obligados a dar este paso para que nuestra sanidad gane el futuro.

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