Entre paréntesis

Rafael Navas

rnavas@diariodejerez.com

Semana pasada por agua

Sin duda, el agua ha sido gran protagonista de la semana en Jerez. Y no precisamente para bien. El martes, el pleno del Ayuntamiento se convertía en el escenario de la disputa política por el debate sobre la subida del recibo del agua propuesta por el gobierno local. Una parte de esa subida, de acuerdo al IPC, formaba parte del pliego de condiciones que firmó el anterior gobierno del Partido Popular cuando se privatizó la gestión. La otra parte del recibo era la que afecta al Consorcio de Aguas. Y ahí vino el lío. El PP dijo que esta última parte no la entendía, que sólo la había aprobado el PSOE en ese órgano y que además, según sus datos, iba dirigida a pagar nóminas y no a mejorar el abastecimiento. Pero como estamos ante un recibo único, al final el PP votó no. El PSOE le acusó de deslealtad, cinismo e irresponsabilidad. Y como el resto de partidos, IU, Ganemos y Ciudadanos, tampoco estaban por la labor, la subida no se aprobó y ahora a ver qué pasa. Porque al final, haya subida o no, este tipo de cosas las acabamos pagando todos los ciudadanos.

Pero el agua sí subió en Jerez horas más tarde de ese pleno vespertino, aunque lo hizo en sentido literal. Y mira que la esperábamos con ansia. La primera y hasta ahora única tormenta del otoño trajo el caos a la ciudad y, con ello, la bronca política. Ni siquiera en momentos de desgracia se pueden evitar estos reproches, incluso con el agua todavía sobre los tobillos. Son habituales las críticas al estado de las infraestructuras de saneamiento después de cada inundación y surgen, como setas, expertos en imbornales. Es cierto que la falta de limpieza contribuya a que esas lluvias causen daños que podrían evitarse, pero es que las críticas llegan incluso antes de saber cuál era el estado.

Dicen los expertos, los de verdad, que ante un aguacero de grandes dimensiones no existe infraestructura que aguante, esté limpia o no. Digo yo, que no lo soy, que si está limpia, mejor, y que la inundación, que existirá, será menor. Que haya zonas de Jerez que se hayan inundado esta vez y no antes es, como poco, para ver qué ha pasado y qué se puede mejorar, incluso ante trombas que, efectivamente, sean incontrolables.

El agua ha sido protagonista en Jerez y lo peor fue ver que, en lugar de tratar de solucionar los problemas de muchas personas que lo han pasado mal, de ayudar sin mirar a quién y de pensar en cómo mejorar en el futuro, hay quien prefiere enzarzarse y, quién sabe, incluso tratar de obtener un rédito político. Da igual las siglas. En el pleno del martes tenían los papeles cambiados el PSOE y el PP porque ahora unos están en el gobierno y otros en la oposición. Y en el momento de las inundaciones de la madrugada del miércoles el PSOE interpretó un papel que tal vez no hubiese sido el mismo de estar en otra situación. Todo esto debería llevarnos a pensar que para los ciudadanos, se suba el agua o no, caigan trombas de agua o no, lo que menos suele importar es qué partido está sentado en el sillón de la Alcaldía de su ayuntamiento si las cosas se hacen bien.

Semana pasada por agua en Jerez. Aunque para chaparrones, y de los gordos, los que se esperan desde hoy en el Nordeste de España.

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