puerto del calatraveño

Todos a una por el desarrollo

  • La Diputación sienta en la misma mesa a la patronal y los sindicatos y arranca compromisos para fomentar el empleo estable y la industrialización en una provincia necesitada de estímulos.

Antonio Díaz, Antonio Ruiz, Rafael Rodríguez, Vicente Palomares y Ana Carrillo.

Antonio Díaz, Antonio Ruiz, Rafael Rodríguez, Vicente Palomares y Ana Carrillo. / el día

Entre la trifulca política habitual -no ha parado pese a los festivos-, las comparecencias anodinas del día a día y los titulares prenavideños, la semana ha dejado una fotografía esperanzadora: la de la Confederación de Empresarios de Córdoba (CECO) y los sindicatos UGT y CCOO sentados en la misma mesa para poner las bases de lo que pretende ser un impulso a la creación de empleo estable y al desarrollo industrial en la provincia. La imagen tenía lugar el pasado lunes en el salón de plenos del Palacio de la Merced, con el presidente de la Diputación, artífice del acuerdo, como anfitrión. Es justo reconocer la capacidad política de Antonio Ruiz para unir a los contrarios en pro del bien común: ya ocurrió el año pasado, cuando el Pleno de la institución provincial sacaba adelante sus presupuestos, por primera vez, por unanimidad; y sucede ahora con este acuerdo de concertación que, confiamos, no se quede sólo en la foto que acompaña este texto. La patronal y los sindicatos deberían ir de la mano en más ocasiones.

El plan, que lleva como título Compromiso por Córdoba, es desde luego ambicioso. Comprende un total de 40 medidas con el objetivo de fomentar el empleo y el desarrollo socioeconómico en cuatro grandes ejes: el fomento de actividades empresariales, mediante el estímulo de la inversión local y foránea en actividades empresariales; el apoyo a los sectores empresariales consolidados o en vías de desarrollo; el impulso del desarrollo industrial y, por último, la generación de empleo estable y de calidad. Casi nada: la búsqueda de la piedra filosofal de algunos de los problemas que atenazan a la provincia desde hace lustros. El Instituto Provincial de Desarrollo Económico aportará 150.000 euros, mientras que del presupuesto de la institución provincial saldrán los restantes 90.000 euros del documento, que el Pleno de la institución provincial todavía debe aprobar.

Compromiso por Córdoba parte de una realidad: "El papel de los agentes económicos y sociales es esencial en el desarrollo de una estrategia a favor del crecimiento socioeconómico y la generación de empleo estable y de calidad en la provincia", por lo que "debe situarse en el marco de una estrecha colaboración y participación con la administración pública provincial". En el preámbulo del acuerdo, los agentes firmantes reconocen de manera clara que la realidad socioeconómica de la provincia, tras ocho años de crisis continuada y con unas cifras de desempleo muy superiores a la media nacional, "hace necesaria una respuesta coordinada de todos los actores implicados en la actividad económica que dinamice todos los sectores productivos, indague y apuesta por las nuevas tecnologías y la sostenibilidad y potencie la igualdad social a corto o medio plazo". Este reconocimiento, desde luego, llega tarde en una provincia tan castigada por el paro como Córdoba y tan sujeta a los vaivenes de la agricultora, aunque no por ello carece de menos valor este documento.

Lo sorprendente se que haya pasado tanto tiempo antes de que las administraciones públicas y los agentes sociales se hayan sentado juntos para poner cierto orden en los problemas de creación de empleo y dirigir el rumbo de la provincia -al menos sugerirlo- en lo que al futuro económico se refiere. Desde el punto de vista negativo, llama la atención que no se hayan hecho partícipes en el acuerdo más sindicatos -el CSIF lo requirió- y otras administraciones, pues la Junta de Andalucía y el Gobierno central tienen mucho que decir en la creación de empleo y el fomento de la industria. No sólo eso: son las administraciones clave.

Volviendo al Compromiso por Córdoba, entre la batería de retos esbozados se encuentran la potenciación de los viveros de empresas, el fomento del comercio electrónico como herramienta primordial para las nuevas actividades o el impulso del desarrollo tecnológico y la innovación. Está claro que no vamos a descubrir ahora la pólvora con estas medidas, cuyo valor principal es que ahora, en negro sobre blanco, se reconocen al fin como un objetivo compartido. Todo esto, desde luego, no podría llevarse a cabo sin el respaldo de la Universidad, como bien dice el documento. La formación y la transmisión del conocimiento, de hecho, son piezas primordiales. Pues eso, que todo esto no quede en una simple foto o en una campaña de marketing político.

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