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El cogobierno defiende que la Corredera será peatonal y solicita "paciencia"

  • El alcalde asegura que continuarán las conversaciones con vecinos y comerciantes para "no limitar a nadie su vida normal"

  • Tráfico colocará cámaras para vigilar los accesos

Trasiego en el inicio de la calle Corredera, desde la plazuela de la Inmaculada, ayer por la mañana.

Trasiego en el inicio de la calle Corredera, desde la plazuela de la Inmaculada, ayer por la mañana. / alicia fernández

La Corredera, la principal calle del centro histórico de Montilla y tradicional vía comercial, será peatonal cuando, en el plazo de unas semanas, terminen las obras de reforma integral a la que ha estado sometida en los últimos meses. Ésta fue la idea que defendió ayer el alcalde, Rafael Llamas (PSOE), después de que el grupo del PP cuestionara el martes en una comparecencia pública el futuro de esta vía, que actualmente cuenta con numerosos comercios cerrados. El regidor defendió que la peatonalización de la calle supondrá "el inicio de la transformación del centro histórico de Montilla", toda vez que la localidad de la Campiña Sur -argumentó- se incorpora tarde a la tendencia de hacer los cascos históricos de las ciudades "más accesibles al peatón" que ya iniciaron hace años otros municipios del entorno.

Llamas solicitó "paciencia" a los vecinos y los comerciantes, pues explicó que, como en cualquier proceso de adaptación, surgirán "dificultades" que el Ayuntamiento "hará lo posible por solventar lo más rápido posible". "Estoy convencido de que cuando termine el proceso todos estaremos satisfechos", dijo Llamas, quien explicó que el Ayuntamiento continuará con las conversaciones con todos los agentes implicados con la intención de "no limitar a nadie su vida normal".

La concejala de Urbanismo y Modelo de Ciudad, Alicia Carmona (IU), calculó que, si la meteorología lo permite, la obra estará totalmente terminada a finales de enero. Recordó que la empresa adjudicataria ya solicitó una prórroga de un mes y medio para finalizar la intervención después de que surgieran diversas vicisitudes, como problemas con los saneamientos y un seguimiento arqueológico por la aparición de antiguos silos de grano. Actualmente, sólo falta por hormigonar el nudo de Fernández y Canivell con la Corredera, el emplazamiento en el que se ubicarán los contenedores soterrados. Y, a continuación, se instalará el nuevo mobiliario urbano.

La calle Corredera, que ya ha sido transitable para los peatones durante la Navidad, elimina las plazas de estacionamiento que antes tenía en el tramo más próximo a la calle San Fernando. La intención del Ayuntamiento, además, es instalar cámaras de vigilancia de tráfico en los accesos como medida disuasoria para los conductores. Todo esto se acompañará con nueva señalización para desviar a los conductores a las zonas habilitadas de aparcamiento cerca del casco antiguo, como la explanada del Coto, en el paseo de Cervantes, el llanete de San Agustín y los parking del centro cultural Antonio Carpio y de la plaza de la Rosa, que se encuentra "infrautilizado", como dijo Carmona.

Aunque el plan de tráfico aún no está completamente cerrado, la idea del cogobierno es que los vehículos autorizados y los residentes puedan acceder a la calle San Fernando desde la plazuela de la Inmaculada, como ocurría antes de las obras. El resto de conductores sólo podrán llegar hasta la plazuela, desde donde tendrán que desviarse hasta Santa Ana, y desde allí hasta San Francisco Solano.

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