Las cifras dan vértigo para aquellos ciudadanos que sólo han visto por casualidad un billete de 500 euros. Las obras de construcción del AVE entre Córdoba y Málaga ha costado la astronómica cantidad de 2.100 millones de euros y se han podido ejecutar gracias, principalmente, a los fondos estructurales procedentes de la Unión Europea. En concreto, el Banco Europeo de Inversión ha firmado con el Gobierno español la cesión de cerca de 870 millones de euros a través del programa de fondos estructurales Feder para la construcción de esta infraestructura. Es decir, desde Bruselas ha salido el 41,4 por ciento del dinero necesario para el proyecto.

El presidente del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF), Antonio González, apuntó ayer que la línea de alta velocidad entre Córdoba y Málaga es la tercera obra de infraestructura AVE en España que más porcentaje de financiación ha recibido por parte de la Unión Europea. Por delante está el nuevo ferrocarril entre Madrid, Segovia y Valladolid (con un 49,6 por ciento subvencionado) y el AVE Madrid-Barcelona (con un 49,4 por ciento). Muy por detrás queda el nuevo ferrocarril de alta velocidad a Levante, que tan sólo recibirá una subvención europea del 7,2 por ciento sobre su coste total.

El grifo de las subvenciones europeas ha sido fundamental para proyectar y construir nuevas líneas de alta velocidad en España. Sin embargo, este grifo comenzará a secarse a partir de este mismo año. De esta forma, el presidente del ADIF aseguró ayer que entre 2007 y 2013 la llegada de fondos europeos se reducirá en un 52,3 por ciento. Probablemente, en 2013 esta cifra descenderá en un 100 por ciento.

Por eso mismo, Antonio González aseguró ayer que "no está cerrada la participación del capital privado en el ferrocarril, sino todo lo contrario". Pese a la inminente apertura de la línea a Málaga, en Córdoba sigue pendiente un proyecto fundamental relacionado con la alta velocidad: la construcción de un AVE hacia la provincia de Jaén que, seguramente, no recibirá fondos europeos.

Por eso, el ADIF tendrá que aportar más dinero en el nuevo sistema de cofinanciación que se plantea. Estos mayores recursos provendrán de los presupuestos públicos, pero "también del sector privado", apuntó el presidente de esta empresa pública dependiente del Ministerio de Fomento.