castro del río

Un Pleno extraordinario definirá la reforma de la calle Corredera

  • La Junta advierte de la obligatoriedad de cumplir la norma de accesibilidad en el acerado

Aspecto actual de la calle Corredera, en el centro de la localidad.

Aspecto actual de la calle Corredera, en el centro de la localidad. / el día

La reforma de la calle Corredera de Castro del Río, en la que el Ayuntamiento invierte 420.000 euros, se debate entre cumplir la normativa de accesibilidad o mantener los espacios de aparcamiento. Tal ha sido la polémica que ha surgido en las últimas semanas entre los vecinos que defienden la primera opción y quienes se decantan por la segunda que el equipo de gobierno ha optado por convocar el próximo miércoles un Pleno extraordinario en el que decidirá finalmente cómo continúan las obras, que arrancaron a mediados de octubre.

La polémica surgió después de que un particular remitiera un escrito a la Dirección General de Personas con Discapacidad de la Junta de Andalucía para advertir de que el proyecto de obra incluía la reducción de la anchura de las aceras, que pasarían de 1,70 metros a 1,33 metros. La norma regional fija en 1,50 metros la medida mínima para los itinerarios peatonales accesibles, mientras que el Gobierno central pone el mínimo en 1,80 metros cuando las dimensiones de la calle lo permiten. Según el particular, la Corredera cuenta con una distancia entre fachadas "bastante generosa" como para dar cumplimiento a los decretos de accesibilidad, como así se lo hizo llegar al Consistorio castreño a mediados de enero el director general de Personas con Discapacidad de la Junta, Gonzalo Rivas.

Según consta el documento remitido, la normativa de accesibilidad es de aplicación en los casos de obras nuevas, cuando se produce un cambio de uso o de actividad o en las intervenciones de reforma, como es el caso. La Dirección General recuerda al Ayuntamiento que en el caso de la calle Corredera "se deberá dejar la anchura de 1,80 metros" y, en los tramos donde haya estrechamientos por farolas o señales de tráfico, 1,50 metros.

La dificultad estriba en que la idea original del equipo de gobierno es mantener el doble sentido de circulación del tráfico, como aconseja la Policía Local, algo que es complicado si como demandan los vecinos se mantienen las plazas de aparcamiento y, además, hay que cumplir la norma de accesibilidad.

El presupuesto de las obras asciende a alrededor de 420.000 euros, de los cuales cerca de 100.000 se destinan a la adquisición de los materiales necesarios y el resto a la contratación de mano de obra. Según el informe redactado por el Consistorio, esta calle, de alta densidad en lo que a tráfico rodado y peatonal se refiere -puesto que es una de las vías de entrada a la céntrica plaza San Fernando-, se encuentra en precario estado, sobre todo en lo referente al pavimento de la calzada y las terminaciones de acerados y bordillos.

La solución prevista proyecta nuevas redes de alcantarillado y abastecimiento de agua. La calzada se materializa mediante taquetes de hormigón vibrado y los acerados se formalizan mediante bordillos de granito y pavimento de hormigón granallado. En octubre, el Consistorio mantuvo una reunión informativa con los vecinos para informar de la actuación que se llevará a cabo y recoger sugerencias al respecto del mismo, sin que entonces surgiera polémica alguna.

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