La editorial Coleopar Ceparia presentó ayer en el convento de Santa Clara el título La mala planta. Diez casos de la Historia de la Inquisición en Palma del Río, un texto coeditado con la asociación María de Cazalla donde se aborda la actividad represiva del Santo Oficio en la localidad a través de diez casos enmarcados cronológicamente entre los siglos XV y XIX. Su autor, el doctor en Filosofía y profesor de Bachillerato, Álvaro Castro, ha recogido varias historias que narran desde "conversos que practicaron en secreto las ceremonias judaicas y moriscos blasfemos descreídos del catolicismo" hasta hechos que señalan "a frailes de los conventos de San Francisco y Santo Domingo que abusaron sexualmente de sus penitentes en el sacramento de la confesión", según el texto. El acto de presentación estuvo conducido por el historiador local Emilio Navarro y contó con la presencia de la especialista en historia de la Inquisición que ejerce de profesora en la Universidad de Castilla-La Mancha, Adelina Sarrión, quien destacó del escritor "su capacidad de ir más allá de la anécdota y su capacidad de interpretación". El grueso de la información recopilada en la obra era algo que Castro ya tenía almacenado en torno al año 2009 y, por eso, "siempre tuve el gusanillo de esta obra", recordó.

El escritor ha tratado de profundizar en conocer cómo eran las conductas de esos antepasados, sus modos de vida o sus mentalidades y aportar nuevas perspectivas sobre estos elementos característicos de dicho periodo. En este decálogo histórico pueden leerse las estrategias de supervivencia y resistencia ante "un mecanismo inquisitorial puesto al servicio del proceso confesionalizador comenzado con los Reyes Católicos y culminado a partir de la Contrarreforma, cuando la Monarquía Hispana se presentó a sí misma como martillo de herejes y luz de Trento". Un contexto donde los pecados, las herejías, la heterodoxias y rebeldías de los vecinos del pasado -o conocidos- , que sufrieron el castigo del Santo Oficio, desvelarán "una Palma con un pasado heterodoxo e indisciplinado", como indica el libro.

En el interior de sus páginas, las herejías perseguidas durante tres siglos por el Santo Oficio quedan plasmadas gracias a un trabajo elaborado con fuentes procedentes de archivos a las que se une un tratamiento teórico desde las perspectivas actuales de la Inquisición. Castro incluye el semblante de figuras como Bernabé de Palma, María de Cazalla o Juan de Cazalla, personajes palmeños que formaron parte de la historia espiritual del siglo XVI en el contexto del Renacimiento español. "Aquí no hay una historia de condes o nobles, aunque aparecen, sino de los sufrientes", desglosó el autor. En general, el proceso inquisitorial causó 3.000 muertos y 150.000 procesados, pero "quizás pervivió como mentalidad, de tal manera que la presencia en los pueblos forjó buena parte del carácter español", reflexionó el escritor.