Andalucía

"Esto nos ha roto tanto que estamos pensando marcharnos de Baena"

  • La madre asegura que la familia está destrozada y que teme que su hija no supere lo ocurrido

La casa de la familia Méndez Torres era ayer un hervidero de nervios mezclados con la rabia que provoca la impotencia de no poder hacer nada para aliviar el sufrimiento. María José Torres, la madre de la niña que recibió la agresión sexual de cinco menores y un joven, necesitaba llorar, pero los tranquilizantes recetados por el psicólogo no dejaban que se le cayeran las lágrimas. "Estamos mal, muy mal, destrozados tanto nosotros como la niña; sobre todo ella, que se me echa a llorar cada dos por tres, tengo que dormir con ella y tenerla entretenida para que no piense en lo que le ha pasado. Intento que lo olvide, pero se me viene constantemente abajo", recalcó la madre. María José aseguró que casi dos semanas después de lo ocurrido "quisiera pensar que todo ha sido una travesura, pero ha sido un acto muy violento, duro de superar, lo mismo para ella que para la familia. No me cabe en la cabeza cómo hay personas que son capaces de hacer eso que han hecho".

María José recordaba una y otra vez cómo le explicó su hija lo sucedido: "Me dijo, mamá, tengo que contarte un secreto que no se lo podía contar ni a nadie ni a papá. No podía más y me explicó que la habían violado. Yo no daba crédito y no me quería creer que fuera cierto. Luego me detalló como fue y todo fueron gritos y desesperación; algo muy doloroso".

Con la cara alicaída, mesándose constantemente el pelo y con la mirada caída, la madre aparecía delante de las cámaras de una y otra cadena de televisión para pedir justicia e intentar evitar que casos como el que han sufrido volvieran a repetirse. "No pueden quedar impunes los que han cometido las violaciones por el hecho de que sean menores; si es necesario, que se modifique la Ley del Menor", sostuvo, a la par en que insistía en que "tenemos miedo de encontrárnoslos por la calle y, sobre todo, de que se los encuentre mi hija. Ésto nos ha roto tanto que estamos pensando incluso en marcharnos de Baena. Lo que pasa es que también pensamos que cómo nos vamos a ir si aquí tenemos nuestras raíces y este es un pueblo bueno ".

El psicólogo le ha recomendado que cambie a la niña de instituto, ya que en el centro en el que cursa estudios también están matriculados algunos de sus agresores. "Lo vamos a hacer. Es lo mejor para ella, pero insisto en que tengo miedo de que se los pueda encontrar hasta en la calle".

Una de las cosas que más preocupan a María José y que más teme es que su hija no pueda superar lo que le ha ocurrido. "Por eso tengo que ser fuerte y luchar por ella. Sólo espero que con la ayuda de Dios y el paso del tiempo pueda salir adelante", recalcó, a la par que puntualizó que no tienen pensado, de momento, pedir responsabilidades al Ayuntamiento por las violaciones que sufrió la niña en los vestuarios de la piscina municipal. "Entiendo que los trabajadores de la piscina no se enteraran, ya que mi niña no gritó y entiendo que no lo hiciera y que accediera a lo que le pedían, ya que estaba amenazada", resaltó la madre de la menor.

María José Torres no olvidará tampoco el día y medio que su hija permaneció ingresada tras el suceso en el Hospital Infanta Margarita de Cabra, "donde le hicieron pruebas y nos vio el psicólogo que le ha puesto un tratamiento que espero que le ayude", como tampoco olvidará todo lo que está ocurriendo estos días en su casa del barrio de San Antón el pequeño hermano de la víctima. "Mi hijo [de tan sólo diez años] se está dando cuenta de todo. También le está afectando la situación y se niega a traspasar el portal si no es acompañado por nosotros", puntualizó la madre.

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