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El amigo del panadero de Fernán Núñez confiesa que lo mató e ingresa en prisión

  • La Guardia Civil asegura que el móvil del crimen fue una deuda por la venta de cocaína que el acusado no le pudo pagar a la víctima · El detenido declara que se deshizo del arma tras cometer el homicidio

Eusebio Cañadillas, de 38 años y vecino de Fernán Núñez, confesó ayer ante la juez de Montilla que fue él quien mató a Antonio Navajas Castro, de 37 años y panadero de profesión. Media hora después de escuchar esta confesión, la titular del Juzgado número dos de esta ciudad decretó su ingreso en prisión de forma incondicional y comunicada, y lo acusó formalmente de ser el autor de un presunto delito de homicidio.

Tal y como avanzó el Día, Eusebio Cañadillas fue detenido en su domicilio de Fernán Núñez el pasado domingo a las 17.00. El acusado, que ha estado arrestado desde entonces en los calabozos de la Comandancia de la Guardia Civil en Córdoba, negó en todo momento haber participado en la muerte del panadero, cuyo cadáver fue hallado el sábado por la mañana en una vivienda deshabitada de la calle Ángel Espejo de Fernán Núñez. Sin embargo, Eusebio Cañadillas acabó derrumbándose en la noche del miércoles. Fuentes de la defensa del detenido aseguran que éste está "muy arrepentido por lo que ha hecho".

Según informó ayer la Guardia Civil, el móvil del homicidio fue una deuda por la compra-venta de cocaína entre el arrestado y la víctima: un ajuste de cuentas, como también adelantó ayer este periódico.

Un equipo especial de la Policía Judicial de la Guardia Civil ha sido el encargado de esclarecer con éxito un crimen que ha mantenido en vilo a Fernán Núñez desde el sábado. Según el informe policial del instituto armado, el cadáver del panadero fue localizado por sus familiares a las 08.30 de ese mismo día. Sin embargo, el hombre había desaparecido un día antes, el viernes sobre las 17.30, cuando se despidió de su mujer.

El cuerpo sin vida del panadero presentaba un impacto de bala en la nuca y "en la escena del crimen no había indicios de que se hubiese producido enfrentamiento alguno entre la víctima y su asesino", según explicó ayer la propia Guardia Civil.

Minutos después, los agentes montaron un dispositivo especial en el lugar del crimen. Se cortó la calle y se precintó la vivienda. Durante todo el fin de semana, personal de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial se dedicó a realizar "una minuciosa inspección ocular del lugar de los hechos". En principio, "todos los indicios" apuntaban a que Antonio Navajas había sido asesinado por "una persona muy próxima" a su entorno y desde el primer momento se descartó el accidente y el suicidio.

Gracias a los testimonios de los testigos y a una minuciosa inspección ocular de la escena del crimen, la Guardia Civil determinó que el asesino del panadero era "una persona conocida de la víctima y de estatura ligeramente superior a esta". De forma paralela, los agentes reconstruyeron las últimas horas que vivió Antonio Navajas antes de morir y gracias a las manifestaciones de diversos testigos concluyeron que Eusebio Cañadillas fue la última persona que lo vio con vida. De hecho, uno de los testigos observó como el arrestado acompañaba al panadero al interior de la casa deshabitada de la calle Ángel Espejo.

Por otra parte, estas investigaciones determinaron también que el fallecido cultivaba marihuana en la casa deshabitada en la que apareció muerto. En este mismo inmueble, secaba la droga "y posteriormente la vendía a otros toxicómanos de la localidad", según se desprende del informe policial. Sin embargo, últimamente se vinculaba a la víctima "con el menudeo de cocaína". La Guardia Civil encontró restos de marihuana y cocaína en la casa en la que apareció el cadáver del panadero.

Por este motivo, los agentes comenzaron a sospechar ya desde la misma tarde del sábado de que Eusebio Cañadillas podía estar detrás de lo sucedido, ya que determinaron que es "consumidor habitual de cocaína" y que además "tenía contraída una deuda considerable con la víctima" por una compra de droga que no pudo pagar. Ante esta sospecha, los agentes interrogaron al sospechoso en la tarde del sábado. Al día siguiente, y aprovechando que se estaba oficiando el funeral por Antonio Navajas en la parroquia de Santa Marina, la Guardia Civil detuvo a Cañadillas en su domicilio.

El lunes, "con el fin de localizar indicios o pruebas que pudieran aportar datos para el esclarecimiento del crimen", la Guardia Civil llevó a cabo dos registros domiciliarios en las viviendas que el detenido posee en Fernán Núñez. En los registros se detectaron "múltiples indicios que confirmaban las sospechas".

El martes por la noche, el arrestado se derrumbó y confesó el crimen. En su declaración, explicó el móvil -la deuda por drogas- y que reconoció que tras cometer el homicidio "se deshizo del arma", una pequeña pistola.

Por otra parte, la Guardia Civil mantiene abiertas las diligencias y prosigue recogiendo el testimonio de testigos. Sin embargo, la Comandancia da por esclarecido un suceso que ha conmocionado a la población de Fernán Núñez.

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