Puerto del Calatraveño

Hasta que llegó su hora

  • La crisis política que ha sufrido el Ayuntamiento de Pozoblanco se ha saldado con el fin de tres décadas de gobierno del PSOE. Los votos del PP, PA y el ex alcalde socialista colocan en la Alcaldía a un popular

CUANDO se cumplen 20 años exactos de la muerte del guionista, productor y director cinematográfico italiano Sergio Leone, la Corporación municipal pozoalbense le ha venido rindiendo un caluroso homenaje en los últimos meses sin habérselo propuesto. Y es que érase una vez en América [perdón, en Pozoblanco] un alcalde socialista, Benito García de Torres, que se negó a abandonar la Alcaldía, de donde le habían invitado a marcharse sus jefes de Córdoba y Sevilla dándole a cambio la gerencia de una empresa pública en la que le esperaban un buen puñado de dólares. En casos como éste, rehusar la mano tendida de quien te lidera, como la muerte, tiene un precio, suene o no de fondo el tirorirori-toriro en versión silbido, salida del genio de Ennio Morricone para ocasiones como ésta de suspense duelístico en O. K. Corral [por lo del gallo subido al pozo blanco que representa el escudo de la ciudad vallesana]. Él, actor principal de un particular lechonetti western parecía preferir mejor la banda sonora del Resistiré del Dúo Dinámico para esos momentos en los que siempre acaba habiendo un bueno, un feo y un malo, papeles en los que no todo el mundo situaría a los mismos personajes de esta historia. Ya lo decía Clint Eastwood -alumno aventajado del cineasta romano-: "las opiniones son como los traseros, cada uno tiene el suyo". Porque, ¿quiénes son el bueno, el feo y el malo en la trama de Pozoblanco? ¿qué adjetivo de esos llevaría aparejado el secretario provincial de los socialistas cordobeses, Juan Pablo Durán, que defendió la expulsión del alcalde del PSOE por una "indisciplina" que muchos no entienden? ¿cuál sería el del propio alcalde, que arrebató las delegaciones a dos de sus concejales en los que no confiaba cuando sabía que la situación era de no retorno? ¿y los de los portavoces de IU, el PP, el PSOE y el PA? ¿y en cual encajaría el secretario local socialista, Manuel Llergo?

Los acontecimientos también le han rendido otro caluroso homenaje a ese protagonista principal de algunas de las películas de Leone y que saltó a la fama bajo la piel de Harry Callahan - Harry El Sucio para los amigos y enemigos-. La trama que ha dado lugar a el intercambio de sillones plenarios en el Ayuntamiento se ha producido sin perdón entre socialistas y ex socialistas y a veces pisoteando la bandera ideológica de nuestros padres. Tampoco han faltado las cartas para un lado y para el otro desde el Iwo Jima de los medios de comunicación que explicaban que el jinete pálido estaba ya quemado de cabalgar sin apoyos junto a la línea de fuego y que, por ende, la única salida posible era la dimisión del cargo. Eran ya demasiados meses en la cuerda floja. Esas líneas de texto daban fe de que en el Ayuntamiento de Pozoblanco, como en los del resto del planeta, no se vive en un mundo perfecto y el poder absoluto no lo acaba teniendo nadie por los siglos de los siglos. Después de 30 años de gobierno socialista, sin que las urnas lo hayan dictado y hasta que a Benito García de Torres le llegó su hora como alcalde, el sillón municipal huele a popular mientras que la rosa del PSOE se rasga las vestiduras clamando que Baldomero García jamás debió aceptar un voto ¿tránsfuga?

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