El PP ha puesto el grito en el cielo por la contratación, merced a un decreto del presidente de la Diputación, Francisco Pulido, de la empresa responsable de las actuaciones en la caseta que la institución provincial tiene el Real de la Feria de Córdoba, de nombre La Merced. “¡Escándalo, es un escándalo!”, claman insistentemente los populares Andrés Lorite y Luis Martín como si fueran gruppies fanáticos con el corazón por Raphael. Y aunque desde el PSOE puedan pensar que es porque echan de menos en la oferta de esa empresa, Espectáculos Doblea, la inestimable presencia del sexagenario cantante de Martos –quien puso de moda ese estribillo–, los del PP argumentan que, aparte de que pueda ser así, “esa contratación se ha efectuado a dedo”. Es más, enarbolan aún más alto “¡Escándalo, es un escándalo!” insistiendo en que la Ley de Contratos fija que se le deberían de haber pedido ofertas al menos a tres empresas. Yo soy aquel que si me pones a huevo la irregularidad te denuncio, apostillan, en vez de hago la vista gorda porque Como yo te amo, nadie te amará.

¿Y cómo es él?, ¿en qué lugar se enamoró de ti?... Como si se tratara de El pequeño tamborilero,martilleando los tímpanos socialistas con las baquetas de la palabra, Lorite y Martín aseguran que ese ¡Escándalo, es un escándalo! es aún de mayor proporción si se tiene en cuenta que Espectáculos Doblea es una empresa de la familia del diputado socialista Pablo Lozano. Mientras, el PSOE_trata de apartar el crudo cáliz de ese ratatamplán con sabor a rebujito amargo al que invitan a beber los populares –aprovechando que el contexto de todo lo que rodea a este asunto es la feria capitalina– insistiendo en que Espectáculos Doblea es la única firma que puede traer las orquestas que la Diputación demanda.

Conocidas, eso sí, la mayoría de ellas por amenizar las fiestas de muchas localidades de la provincia, con nombres como Tarantino’s, Libertad, Brandy, Vibraciones... y dignas de los mejores programas que ha hecho Juan Imedio en Canal Sur. Por cierto, en el pack de la intermediación de Espectáculos Doblea aparecen, entre otros, Frank Bravo –que era habitual en el espacio de la televisión autonómica en el que ibas para intentar salir con pareja–, María del Monte, José Manuel Soto y Pascual González y los Cantores de Híspalis. ¡A bailar, a bailar, a bailar!. No vale, esa no es de Raphael.

Además, los socialistas tienen bien claro que en casos como éste, el hecho de que la demanda se adecue a la propia oferta es óbice para que la Ley de Contrataciones ampare la adjudicación. De ley, que diría Rosario Flores. Ante este razonamiento, más de un blog de internet ha visto como aparecían comentarios de apoyo a la denuncia del PP cuyo epílogo se resume en un que no nos cuenten una Milonga del marinero y el capitán –vaya, se me ha colado una de Los Rodríguez–. Porque, ¡Que sabe nadie! –tal y como dijo el propio Andrés Lorite– en qué lugar del expediente de contratación para la caseta figura esa excepcionalidad por la que sólo se le pidió concurso a una empresa, viniendo a añadir que en todo ello se denota un cierto favoritismo político caído sobre una red circense tras tambalearse sobre el finísimo alambre de la ética.

Total, que los del PP piensan ya que los socialistas tienen casi el corazón En carne viva de la preocupación, mientras los últimos están convencidos que los primeros están haciendo el Payaso con sus acusaciones y el responsable de Espectáculos Doblea estaría totalmente acertado si entonara el Yo sigo siendo aquel que lleva 22 años llevando las actuaciones a la caseta de la Diputación, y que Digan lo que digan. El propio Luis Martín aventuró que si la caseta acababa quedándose sin orquesta, él mismo buscaba un disc-jockey antes de que el PSOE tuviera que imitar a Michael Jackson y compañía arrancándose con el We are the world. El disc-jockey seguro que pincharía los grandes éxitos de Raphael, mientras los presentes cambian el rebujito por Aquariuuuuuus.