Provincia

La Virgen de Araceli trae la lluvia desde la Sierra

  • El aguacero obligó, un año más, a tapar la imagen con un plástico y a acelerar su entrada en la iglesia de San Mateo

Inusualmente, la patrona de Lucena no ha bajado este año a la ciudad el tercer domingo de abril, sino que lo hizo ayer, coincidiendo con el Domingo de Resurrección. Tras una Semana Santa en la que los cofrades han estado en todo momento pendientes del cielo, ayer no fue una excepción y como suele ocurrir cuando la Virgen de Araceli baja de Aras, la lluvia hizo acto de presencia en la romería.

A las 15:00, puntual como cada año, la Patrona del Campo Andaluz salió de su templo a hombros de una cuadrilla de santeros mandada por Francisco Huertas Campos. La Señora llegó a Lucena vestida con una falda gris con flores bordadas en varios tonos y toquilla verde; su cabeza, llena de bucles, estaba cubierta por un sombrero, al igual que la del niño, que vestía de rojo. Sin embargo, la lluvia forzó que los plásticos transparentes cubrieran el trono romero en buena parte del camino.

Apenas había pasado una hora desde la salida cuando la lluvia hizo acto de presencia, aguando el día a los numerosos romeros que habían subido a la cima de la sierra, situada a más de seis kilómetros de Lucena. La lluvia truncó los planes de muchos, cambió los actos protocolarios, provocó que en unos minutos se sucedieran una serie de llamadas telefónicas que indicaron las pautas a seguir, como que la patrona ya no sería recibida con honores en el lugar de costumbre, en la Puerta de la Mina, una entrada a Lucena que se llenó de gente, de espontáneos que desafiando al tiempo se agolparon, paraguas en mano, a recibir a la Señora. Cánticos romeros y gritos de ¡guapa, guapa y guapa! se sucedieron hasta llegar a la calle Maquedano, lugar en el que se encuentra su casa museo y donde ya se veían colgaduras en los balcones. María Santísima de Araceli era recibida además por cientos de pétalos de flores que los lucentinos lanzaban a su paso.

A la altura de su casa museo fue precisamente donde el tiempo dio una tregua y se procedió al relevo de la Corte Aracelitana. Las jóvenes que formaron parte de ella el pasado año entregaron el testigo a Inmaculada Hurtado Ciudad y a las jóvenes Verónica Marín Sánchez, Marina Castro Cruz, Ángela López Fernández y Macarena Hurtado Ciudad, que serán a partir de ahora las mujeres que más cerca estarán de la patrona estos días.

De manera breve, mucho antes de lo previsto, la Virgen llegó a San Mateo. La iglesia, como era de esperar, ya se encontraba abarrotada. Además de las personas que habían acompañado a la Virgen en la romería, numerosos lucentinos se acercaron para recibir a la imagen, un acto en el que no faltó el alcalde y la Corporación municipal, autoridades civiles y religiosas, el hermano mayor de la Real Archicofradía de María Santísima de Araceli, su junta de gobierno, los otros dos manijeros, la Aracelitana Mayor y su corte de honor.

Así comenzaron una año más las fiestas en honor a la patrona de Lucena. Unas fiestas que gozarán de su máximo esplendor entre los días 29 de abril y 2 de mayo. Por ahora, lo que importa a los lucentinos es que, con lluvia o sin ella, la Virgen de Araceli está en San Mateo, más cerca de sus devotos, de quienes por unas semanas disfrutarán de su protección.

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