El consejero de Economía y Conocimiento, Antonio Ramírez de Arellano, se mostró ayer convencido de que en torno a los cítricos del Valle del Guadalquivir se puede generar una industria agroalimentaria cuyos motores de competitividad sean la innovación, el talento de los jóvenes agricultores, la calidad de los productos y la internacionalización. Ramírez de Arellano asistió ayer a la quinta reunión del Consejo de Alcaldes del Valle del Guadalquivir, celebrado en la localidad sevillana de Peñaflor, y en el que se dieron cita regidores de 18 localidades de Córdoba y Sevilla.

El consejero respaldó la iniciativa del ente y aseguró que es "esencial" que se tenga una visión estratégica de una zona para poder impulsarla, "reconociendo sus fortalezas para avanzar y también mirando al futuro para conocer las amenazas y las oportunidades que se abren". El objetivo, aseguró, es lograr entre todos fomentar una economía que sea "capaz de competir a nivel global basándonos en el talento, reteniendo el valor añadido y generando un reparto equilibrado y justo de la riqueza".

El titular de Economía y Conocimiento aseguró que "los protagonistas" de la evolución económica son los ciudadanos, y se mostró convencido de que si se crean las circunstancias adecuadas, estos las aprovecharán. En este sentido, aseveró que el futuro "no puede estar basado en que los trabajadores pierdan derechos laborales o tengan sueldos escasos o que se conculquen derechos, tenemos que ser competitivos a través de la innovación, incorporando valor añadido a los productos".

Respecto a la acción de la Junta de Andalucía, Ramírez de Arellano subrayó la utilidad que tendrá la futura Ley Andaluza de Fomento del Emprendimiento para impulsar nuevas empresas en el entorno rural, al que dedica un apartado específico de actuación, una legislación que está iniciando en la actualidad su tramitación parlamentaria.