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Fomento baraja acabar el último tramo de la A-45 a final de 2009

  • La construcción del nuevo puente de Benamejí, de sólo dos carriles, podría estar concluida en un plazo de seis meses, según la Demarcación de Carreteras

Ya no será ni en 2005, ni en 2006, ni en 2007 ni por supuesto en 2008. Las obras de la Autovía de Málaga (A-45) no estarán acabadas, al menos, hasta finales del próximo año. El subdelegado del Gobierno, Jesús María Ruiz, visitó ayer los trabajos del último tramo de la autovía y ante los primeros metros del segundo viaducto de Benamejí aseguró que aunque “vamos a ser prudentes” el “horizonte” que baraja el Ejecutivo para dar por finalizados los trabajos de la A-45 pasa por 2009.

Actualmente, el tramo de la Autovía de Málaga entre Benamejí y Antequera está al 60% de su ejecución. Lo más complicado sigue siendo la difícil papeleta de que la autovía cruce la afilada garganta que dibuja el río Genil en Benamejí. De momento, la construcción del viaducto está al 25% de su ejecución. El jefe de Demarcación de Carreteras de Andalucía Occidental, Pedro Rodríguez Armenteros, precisó que al puente le pueden quedar unos seis meses de obra. Cuando está acabado, la Dirección General de Tráfico (DGT) desviará a los vehículos a través de este nuevo viaducto y mientras tanto se adaptará el actual puente de la N-331 “a las condiciones de una autovía”, algo para lo que se pueden tardar unos tres o cuatro meses más. Es decir, la Autovía de Málaga no estará completa, como mínimo, antes de septiembre u octubre del año que viene.

El puente que se está construyendo en Benamejí –y cuyo retraso ha sido el que ha impedido al Gobierno cumplir los plazos– sólo soportará el tráfico de un sentido de la A-45, el que procedente de Málaga se dirija hasta Córdoba. Mientras, el actual viaducto de la N-331 se seguirá utilizando pero sólo en dirección a la capital costasoleña, de ahí que tenga que ser adaptado. Por eso, y una vez que esté acabado, el nuevo puente soportará todo el tráfico de la A-45 con un carril para cada sentido mientras finalizan los trabajos en su viaducto mellizo, construido a mediados de los años 90, unos metros más alto pero bastantes más corto (el nuevo tiene 605 metros de largo y el actual apenas 160).

Lo que sí está descartado es la construcción a medio plazo de un viaducto gemelo al nuevo. El subdelegado fue contundente ayer al indicar que “se está ejecutado el proyecto del estudio informativo tal y como se adaptó” en el año 2004. Entonces, se decidió reutilizar la actual pasarela sobre el Genil, a pesar de que será un tramo de autovía con limitaciones: el asfalto del puente está contraperaltado y su estructura dibuja una curva que obliga a limitar la velocidad a un máximo de entre 70 ó 80 kilómetros por hora.

Al margen de la polémica política, los trabajadores de las constructoras San José y Detea continúan de forma constante la edificación de una de las mayores estructuras de la provincia de Córdoba. Su construcción es tan compleja como impresionante. Una vez salvados los problemas con los terrenos de los primeros años, las adjudicatarias del proyecto ya han logrado levantar los seis pilares que soportarán la calzada a unos 76 metros de altura. Cada uno de los pilares cuenta con una cimentación impresionante de 30 metros de profundidad.

Ahora, los trabajos se centran en la pasarela, ejecutada bajo el conocido sistema del lanzamiento. Es decir, la estructura de ferralla que soportará la vía se construye en una especie de playa junto a los pilares. Cuando se han creado unos 190 metros de pasarela, se calza sobre unos cables y a través de un complejo sistema de empuje se va lanzando poco a poco sobre los pilares ya construidos. El lanzado del puente se hace en cuatro fases. En la primera, el empuje llega hasta el segundo pilar, en la segunda al cuarto, en la tercera al sexto y en la última se conecta ya con el resto del tramo de la autovía. Hasta la fecha, ya se ha completado la primera fase y se espera iniciar el lanzamiento de la segunda antes de final de mes, según expresaron ayer durante la visita a la zona los responsables de la obra. La complejidad de este empuje es máxima, ya que el puente dibuja una pequeña curva hacia el Oeste que complica las cosas.

Una vez lanzado todo el puente, el trabajo ya se centrará en construir la calzada. Para ello, los técnicos ya colocan unos tableros de hormigón que actúan como contrapesos para evitar movimientos peligrosos durante el lanzamiento del puente. Cuando esté toda la ferralla colocada, unas grúas gigantescas montarán el resto de los tableros desde la base misma del puente. Después llegará el turno del hormigonado, para dar paso posteriormente a la construcción de los pretiles y el firme a más de 80 metros de altura sobre el cauce del río Genil.

Mientras tanto, continúan los trabajos en el resto del tramo a un ritmo muy superior, ya que en algunos puntos se ha comenzado incluso el asfaltado. El último trozo por construir de la Autovía de Málaga tiene 11,5 kilómetros de longitud, un enlace a Benamejí y dos semienlaces con los que no se contaba en principio: uno para la aldea de El Tejar y un segundo para el municipio malagueño de Cuevas Bajas. Además, se construirá el acceso y se dejará el espacio suficiente para una futura área de servicio, la tercera de toda la autovía. Las otras dos (en La Rambla y en Monturque) ni siquiera se han empezado a construir, por lo que repostar en la autovía sigue siendo una misión imposible. Para hacerlo hay que entrar directamente en los pueblos por los que pasa la carretera y buscar una gasolinera.

Siempre que se cumplan estos últimos plazos, la Autovía de Málaga estará acabada 17 años después de ser proyectada. Todo empezó un lejano 1992, durante el penúltimo Gobierno que formó el socialista Felipe González. Sin embargo, fue un Ejecutivo popular el que puso la primera piedra en 1998 (en Aguilar de la Frontera) de una de las infraestructuras más necesarias y demandadas de Córdoba, una de las pocas capitales de provincia de Andalucía a la que sólo llegaba una autovía.

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