EL cine es capaz de clonar emociones. Una película puede transmitir, como si se tratara de algo mágico, sentimientos de alegría o tristeza a la vez a cientos de personas que disfrutan de ella en una sala. Estos días se está demostrando que la política -que como el cine es negra, comedia, drama o terror; y el octavo arte, por eso de que es todo un arte el poder vivir de ella- también clona (e)mociones.

Y es que los políticos y ciudadanos de Pozoblanco viven desde hace algo más de una semana un ambiente de sentimientos cruzados y enfrentados, los mismos que han empezado a sentir desde hace unos días sus homólogos de Posadas, y como la cosa siga por los derroteros que va el virus de la clonación de (e)mociones, dispuesto a convertirse en poder o derrocamiento democrático, puede continuar expandiéndose por la provincia.

Si le pidieran opinión al respecto a Rappel diría, sin miedo a equivocarse -o a acertar, quien sabe- que los del grupo municipal del Partido Popular de Pozoblanco disimulan la euforia contenida de verse en la Alcaldía después de que Izquierda Unida haya aceptado sumarse a negociar el voto de censura que ya tenían más que masticado con los andalucistas contra el PSOE -lo mismo les ha pasado días después a los del PP de Posadas-.

El bueno del pitoniso de las gafas del revés también apuntaría, mirando fijamente a su bola de cristal y en medio de los aspirantes al tripartito, que el PA vallesano en cambio vive una esquizofrenia sentimental, de repente, alegre, de repente triste, porque no se cree del todo que IU vaya a dar el paso definitivo para apoyarlos en lo de la censura -los andalucistas malenos, en cambio, tendrían que romper el matrimonio de conveniencia al que llegaron con los socialistas para que estos últimos gobernaran, ¿quien no se ha separado políticamente de su pareja alguna vez?-.

Además, el adivinador -que no se atreve a echar una quiniela para que luego no digan que la acertó por su gran don- aventuraría que la IU pozoalbense, en cambio, siente indecisión en su interior después de las muchas presiones que le llegan del lado progresista de la izquierda cordobesa, que apela al pacto regional clamante del ¡que viene la derecha! -en este punto la clonación es total en Posadas-. Mientras que el pitoniso también se arrancaría a adivinar -o a pifiarla, ¿quién sabe?- insistiendo en que los socialistas en uno y otro lugar tienen el miedo en el cuerpo de quien las ve venir enfrentado con la esperanza de que todo quede en un amago vencido por ese Dios progresista de izquierdas.

En periodismo hay una ley escrita de no publicar los suicidios porque acaban clonándose. A este paso, los políticos, tan amigos-enemigos de quienes nos dedicamos al noble arte de contar sus historias, nos van a acabar pidiendo que no informemos de los intentos de votos de censura porque ese virus de la repetición sentimental puede que no se quede sólo en Posadas. Ya lo avisó la responsable de Política Institucional de IU en Córdoba, Mercedes Casanova, la crisis de Pozoblanco podría repetirse en Nueva Carteya, Montalbán, La Rambla, Peñarroya-Pueblonuevo, Posadas, Puente Genil, Montemayor, Montilla y Castro del Río. Habría que preguntarle a Rappel si vamos a vivir un verano pleno de (e)mociones.