El Ayuntamiento de Baena y la Empresa Provincial de Medio Ambiente (Epremasa) han alcanzado un acuerdo sobre la tasa a pagar por cada vivienda del municipio por el servicio de recogida de basuras, un pacto que llega después de no pocas tensiones entre ambas entidades, manifestaciones vecinales por el incremento aplicado tras la instalación de los contenedores soterrados y la amenaza del equipo de gobierno socialista de romper su contrato con Epremasa.

El gerente de la sociedad pública, Blas Molina, explicó que "Epremasa no es una empresa al uso, sino una empresa pública que siempre hemos estado al servicio y a disposición de poder llegar a acuerdos con el Consistorio baenense" y precisó que "nuestro principal objetivo no es la cuenta de resultados, sino tutelar los intereses públicos para que los servicios se presten en condiciones a la ciudadanía". Por este motivo, el gerente de Epremasa explicó que "lo que hemos hecho es abrir una serie de posibilidades más en la ordenanza para que los ayuntamientos puedan acogerse a aquella que más le encajan. En el caso de Baena dijo "va a haber una ligera diferencia en la modalidad -se ha optado por la modalidad tipo C- y en vez de utilizar el contenedor soterrado para los envases, que ya se ha sellado, se ha colocado el contenedor tipo iglú de color amarillo y se mantiene el soterrado para residuos orgánicos".

El primer teniente de alcalde, Jesús Rojano (PSOE), señaló que "se han mantenido contactos con Epremasa con mucha frecuencia, en los que hemos intentado dar solución y respuesta a los compromisos adquiridos con la ciudadanía" y reconoció la complejidad de los mismos a la hora de asumirlos, ya que se trataba de cobrar tarifas diferentes dentro de una misma población.

El acuerdo entre Ayuntamiento y Epremasa reconoce a partir del 2009 la aplicación de dos tasas diferentes: la pedanía de Albendín abonará algo más de 77 euros por vivienda al año, mientras que en el casco urbano de la ciudad, incluyendo la zona antigua, se pagará una tasa de unos 79 euros por domicilio.

El conflicto comenzó el pasado mes de marzo, cuando los ciudadanos de Baena vieron incrementada la tasa de residuos urbanos en un 51% por ciento debido a la implantación del nuevo sistema de recogida a través de contenedores soterrados. Así, mientras que en 2007 este impuesto costaba 68 euros, este año se pagó la cifra de 102,99, tasa que se aplicó a todos los ciudadanos del municipio, independientemente de si recibían el servicio de soterrado o no.