Ansia viva

Óscar Lezameta

olezameta@huelvainformacion.es

'Gran Germá i La Sexta Nit'

El bochornoso espectáculo vivido en el Parlamento catalán demuestra que son más españoles de lo que creen

La verdad es que pensaba escribir estas líneas sobre el regreso de la injustamente despreciada rutina después del periodo vacacional. Se iba a titular algo así como Se jodió. Y es que es así como me di de cara con una semana en la que regresan los atascos, los gritos de los niños, se acaba el pan tras el regreso de muchos con la hambruna viva, Susana se reúne para tratar del apasionante tema de la financiación autonómica de la que tanto se habla en todas partes, Pedro Sánchez se hace un lío con la plurinacionalidad, Rajoy continúa tan apurao como acostumbra, la precampaña socialista pone a más de uno de los mismos nervios y las estrellas de la tele regresan después de sus normales vacaciones de más de dos meses, como las de todos nosotros.

Digo iba, porque el miércoles me topé con uno de los momentos más hilarantes de toda la historia parlamentaria, tanto que hizo que me congraciara con la vicepresidenta del Gobierno, a pesar de que últimamente se peina en la misma pelu que Puigdemont. Me pasé buena parte del día partío de la risa, aunque se me pasó conforme iban pasando las horas, hasta convertirse en una decepción más que seria. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Qué ha pasado para que una sociedad más que refinada, elegante y tolerante, se haya convertido en otra en la que una señora se levante, retire las banderas españolas pero no las catalanas y la jaleen cuatro exaltados? ¿Cómo un parlamento puede transformarse en la más absoluta indignidad, con escaños vacíos y cantando un Els Segadors que sonó más triste que nunca?

No faltaba nada. Parecía una versión cutre de Gran Hermano; el presentador era ese hombre de los servicios del Parlament que en el momento más trascedente de su historia, decidió que era una buena idea presentarse al mismo con una chaqueta rosa. Nada que envidiar a Jorge Javier. Había concursantes desatados que lanzaban puyas a rivales reales o imaginarios y otros que con cara de tahúr -véase la mente gris de todo el procés, Marta Rovira- sólo buscaban la victoria. Faltó mi paisano Iñaki López tratando de contener a contertulios empeñados en despellejarse; eché en falta a Inda con algún papel en la mano echando la culpa a Podemos de todos los males del infierno, o a Marhuenda con la cantinela de que "Rajoy es muy malooo", o algún representante de la nueva política con los mismos errores y defectos que los de la vieja. En el fondo, son muy españoles y lo peor es que creo que lo saben.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios