Tribuna

ana DÍAZ

Coordinadora del Instituto Andaluz de la Mujer

25-N: la distancia la pones tú

Necesitamos que el terrorismo machista se equipare en presupuesto, legislación y concienciación social a otros tipos de terrorismo existentes

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25-N: la distancia la pones tú

Un año más, y 39 mujeres menos, otras tantas familias rotas por el capricho de un maltratador. Un niño asesinado también por el Terrorismo Machista. 25 menores sin madre porque así lo ha decidido en muchos casos su propio padre. Numerosos hijos e hijas que han tenido que presenciar la agresión machista, con el consiguiente trauma psicológico. Un escalofriante balance que confirma que la violencia de género sigue siendo uno de los principales problemas de la sociedad. Desde el inicio del movimiento feminista se han vivido tiempos difíciles, pero este momento actual es especialmente duro porque no sólo es difícil avanzar, sino que estamos retrocediendo.

Inmersa parte de la sociedad en el espejismo de la igualdad y sumida en el planteamiento "si ya han conseguido ser iguales ¿qué más quieren?", todos los días nos tenemos que enfrentar a declaraciones y hechos que ponen en duda lo más elemental: que la mujer sigue siendo una ciudadana de segunda.

Y mientras, se debate si la violencia de género es digna de tener una denominación propia o debe ser incluida en el término de violencia doméstica, nos distraen con las denuncias falsas y se hace sentir a las agredidas como culpables de su situación. Lo cierto es que no se puede calcular el número de mujeres que viven aterrorizadas en su mismo hogar, por alguien a quien, en la mayoría de los casos, juraron amor eterno. Este año, además, se ha alzado la voz ante una problemática que, aunque existente desde el principio de los tiempos, nunca había sacudido la conciencia como ahora: las agresiones sexuales.

Lo sucedido en Pamplona ni es la primera vez que pasa ni es la primera vez que se denuncia, pero sí es la primera vez que gran parte de la sociedad se une en una protesta seria, contundente y conjunta consiguiendo, entre otras cosas, que los medios de comunicación le hayan prestado la debida atención y que, como resultado, se haya logrado una respuesta que se distancia mucho de casos anteriores. Este es el camino a seguir y de verdad espero que sea el principio de un apoyo continuo, tan necesario en casos de violencia machista. La violencia hacia las mujeres es un problema de Estado de primer orden que requiere de soluciones de Estado firmes, consensuadas y urgentes. La lucha contra la violencia de género debe ser una prioridad en la agenda política de todas las administraciones (local, autonómica y estatal) sin excusas ni demoras.

No sirven las palabras, no sirven los buenos discursos y mucho menos sirven las dudas. El problema de la Violencia de Género es lo suficientemente grave, como para que de una vez por todas nos lo tomemos en serio. Ninguna crisis, ninguna ideología, puede ser excusa para dejar desprotegidas a las mujeres ante una lacra de esta magnitud. Ante todo esto, la Junta de Andalucía vuelve a liderar la lucha contra el Terrorismo Machista con la propuesta de Pacto de Estado, una demanda en la que se viene insistiendo desde hace tiempo y que al fin tuvo respuesta el 15 de noviembre, en el Congreso de los Diputados con una votación de apoyo UNÁNIME. Un rayo de luz después de muchos, demasiados, años de oscuridad.

Necesitamos que el terrorismo machista se equipare en presupuesto, legislación y concienciación social a otros tipos de terrorismo existentes. Se requiere garantizar el mantenimiento de la red de atención directa a las víctimas de violencia machista, especialmente el de los Centros Municipales de atención y Puntos de Información a las mujeres, por ser la Administración Local la más cercana a la ciudadanía. Es preciso ampliar el concepto legal de violencia de género para que se reconozcan agresiones a mujeres, con base machista, más allá de las producidas dentro de las relaciones sentimentales y hay que tomar medidas para que sea el maltratador el que se sienta rechazado, aislado, acosado y no la víctima.

En definitiva, la sociedad necesita despertar y reaccionar ante la barbarie concienciándose de que la repulsa colectiva ante la violencia a las mujeres es tarea y responsabilidad de cada uno y de cada una de nosotras porque, como reza el lema de la campaña presentada por el Instituto Andaluz de la Mujer: "Frente a la violencia machista, la distancia la pones TÚ".

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