Tribuna

Manuel Cascos Fernández

Secretario Provincial Satse-Córdoba

Política y gestión sanitaria

Política y gestión sanitaria Política y gestión sanitaria

Política y gestión sanitaria

Con frecuencia utilizamos los términos de política sanitaria y gestión sanitaria, con total discrecionalidad y en ocasiones frívola soltura, como si en ambas ocasiones se refiriera a lo mismo, y en mi opinión no es así. Está claro que la política sanitaria son las grandes líneas maestras con impacto social y sobre los ciudadanos, por las que se pretende vehiculizar las gestión sanitaria que ha de proveer la atención y cuidados que han de llegar a los pacientes y ciudadanos en general, garantizando para ello los medios y recursos necesarios que hagan segura y de calidad la atención sanitaria que requiere cada paciente, cada ciudadano.

Desde hace semanas venimos asistiendo en los medios de comunicación a la explosión de una rabia contenida desde hace mucho tiempo, por quienes sufren los recortes y deficiencias del sistema sanitario público andaluz, es decir, los ciudadanos y los profesionales.

Una explosión cargada de razones, que viene con hambre atrasada, por el sufrimiento prolongado en el tiempo, que han provocado unos recortes desmedidos que sin piedad se han cebado con los pacientes, ciudadanos y profesionales; recortes que persisten en el tiempo a día de hoy, y que en Andalucía han sido incrementados de manera desmedida, afectando a profesionales y pacientes; a los primeros con brutales recortes en sus condiciones de trabajo, y a los segundos imponiendo a través de los Directores de Unidades de Gestión Clínica menos derivaciones de pacientes al Hospital, menos pruebas diagnósticas, menos ingresos, menos recetas, menos día de estancia hospitalaria, etc.

Todo ello ha provocado una importante respuesta social contra los recortes más o menos encubiertos en Granada, Huelva, Málaga, Jaén, Cádiz y Almería. Respuesta social que se está preparando también en Sevilla y tal vez, pues razones no faltan, sino todo lo contrario, en Córdoba.

Toda esta situación de conflicto social se ha venido gestando sobre todo en los dos últimos años, donde en mi opinión la sanidad pública cordobesa y andaluza ha ido a la deriva, sin que nadie detectase o más bien pusiera interés en corregir o mitigar la gran frustración y rabia que se venía acumulando en pacientes, ciudadanos y profesionales, ante el sufrimiento y deficiencias que a diario ponían en cuestión la atención sanitaria y la seguridad de los pacientes. Frustración y rabia que en mi opinión no han sido generadas por la política sanitaria de la Consejería de Salud, sino por la incapacidad de gestión de quién dirige el Servicio Andaluz de Salud, instrumento éste de gestión y responsable de garantizar la atención sanitaria con todos los medios, infraestructuras y recursos necesarios para ello. Por tanto los graves problemas originados en Granada, Huelva, Málaga, Cádiz, etc, no son problemas de orden político, sino problemas de gestión, directamente problemas de gestión.

Es ampliamente conocido públicamente que Satse es sumamente beligerante con las deficiencias sanitarias y falta de medios, y con frecuencia señala a los culpables y exige responsabilidades, pero también es firme en señalar y exigir responsabilidad a quién directamente tiene esa responsabilidad, y en lo referente a la actual conflictividad social cargada de razones para ello, la responsabilidad, en mi opinión no es del órgano político, es decir la Consejería de Salud y su titular, sino del órgano gestor, es decir el Servicio Andaluz de Salud y su titular el Gerente del SAS.

Sin embargo y a pesar de esta evidente realidad, quién está siendo señalado, a mi modo de ver injustamente, es el Consejero de Salud, cuando debería serlo el Gerente del SAS. Quién está sufriendo el desgaste y presión social en los medios de comunicación, en la sociedad y en el parlamento, es el Consejero de Salud; pues difícilmente se observa este trato con el Gerente del SAS. Quién ha bajado a la arena y mediado con los representantes del tejido social ha sido el Consejero, no el Gerente del SAS, a pesar de que el conflicto social existente en casi toda Andalucía está originado por graves problemas de gestión, que no de política sanitaria. Que por ejemplo en Granada no se disponga, de todos los servicios sanitarios en los hospitales de la capital, con los medios y recursos necesarios para ello, es un problema de gestión sanitaria, no es un problema de política sanitaria.

Por todo ello, exigir responsabilidades, es saludable y necesario, cuando las cosas no están bien, pero es injusto que unos sufran las consecuencias de los problemas generados por otros, y en este caso la Consejería de Salud y su titular están sufriendo las consecuencias de los graves problemas de gestión generados por el del Servicio Andaluz de Salud, los cuales inciden directamente, de manera grave y nociva en pacientes, ciudadanos en general y profesionales.

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