Tribuna

Demetrio Fernández

Obispo de Córdoba

Navidad para todos

Navidad para todos Navidad para todos

Navidad para todos

La celebración de estos días santos nos trae al corazón y a la mente la experiencia de un Dios que nos ama locamente, en el doble sentido de que nos ama sin medida y de que nos ama sin ningún motivo previo por nuestra parte. Más aún, nos ama y eso que le damos la espalda tantas veces. Vuelve a ofrecernos su amor de nuevo, como de una relación que está por estrenar. Nadie nos ha amado así nunca. En el fundamento de nuestra vida está el amor, venimos a la vida por amor, nos mantenemos en la existencia por amor, nuestra vida adquiere sentido y plenitud cuando es capaz de amar y entregarse por alguien.

Navidad es la fiesta del amor, del amor gratuito que a todos nos gusta celebrar. Por eso, en Navidad todos nos sentimos renovados. El fundamento de todo está en un hecho histórico, en el que Dios nos ha sorprendido rebasando toda limitación en el amor. Nos ha amado sin medida, nos ha dado a su Hijo y con él nos lo ha dado todo, para que nosotros podamos gozar de su felicidad ahora y para siempre. Porque Dios quiere que seamos felices a toda costa, él se empeña en que lo seamos y estoy seguro de que lo conseguirá, por ser un amor paciente, perseverante, eficiente, capaz de remover todo obstáculo que brote de nuestra falta de amor.

Navidad es Jesucristo. Navidad no es una cosa, es una persona. Cualquier desviación podría ser un sucedáneo. En Navidad Dios vuelve a darnos a su Hijo hecho hombre, naciendo de una virgen, que expresa su fecundidad pletórica con esta vida que brota de su vientre virginal como milagro de Dios. Navidad es la fiesta de la vida. Esta madre tan buena Jesús ha querido compartirla con nosotros, nos la ha dado por madre a cada uno. Qué bonito es tener madre. En Navidad nadie se sienta huérfano, porque tenemos madre, que se llama María y que vela por cada uno de nosotros con ternura constantemente.

Navidad es solidaridad. Por este misterio de la Navidad, Jesucristo se ha unido de alguna manera con cada hombre, en cada persona humana él prolonga su presencia, se ha vinculado a todos y a cada uno de los que vienen a este mundo, aunque éste no lo sepa. La actitud cristiana, por eso, es la de acogida a toda persona, sea quien sea, venga de donde venga, piense lo que piense, sin ninguna discriminación ni exclusión. La Navidad ha eliminado toda frontera, cualquier odio, todo enfrentamiento, porque sale al encuentro del otro con actitud benevolente de acogida, de reconciliación.

Por Navidad urge salir al encuentro. Si tienes algo contra alguien, Navidad es una oportunidad para renovar la relación. Pero, además, te sentirás bien si haces el bien positivamente. Hay tanta gente que sufre y quizá no pueda celebrar la alegría de la Navidad. Salgamos al encuentro de todos y compartamos nuestra felicidad con todos, compartiendo nosotros sus dificultades y ayudando a superarlas. La mayor carencia es la de no tener a Dios, a este Dios que es todo amor y quiere transformar nuestra vida. Debemos esperar para todos que Navidad sea una ocasión en la que Dios toque su corazón y lo llene de felicidad.

Navidad es ocasión de caer en la cuenta que un mundo mejor es posible. La Navidad es impulso para luchar por la justicia, por la igualdad, por los derechos de todos, especialmente por los últimos, los que se han quedado en la cuneta de la vida. Toda persona tiene derecho a otra oportunidad. Navidad puede ser el momento de encontrarla. Si el Hijo de Dios se ha tomado en serio nuestra felicidad, nosotros no podemos dar la espalda a tantas situaciones de sufrimiento: explotaciones de las personas en el trabajo, en su dignidad sexual, en sus derechos fundamentales, situación de tantos migrantes que no tienen ni techo ni suelo, mujeres que son tratadas como objeto y tiradas a la basura, prófugos de la guerra, tantos perseguidos por causa de su fe, etc. El Hijo de Dios aparece como niño indefenso y pobre para que todos los pobres de la tierra puedan abrazarle sin miedo y acoger su mensaje de amor.

Feliz Navidad para todos.

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