El camino hacia la excelencia en educación

El bilingüismo fue una de las grandes apuestas de la Junta hace ya una década, pero su impacto real todavía no ha sido evaluado por Educación

La educación debe ser una de las prioridades para cualquier administración. En el caso de Andalucía, es la Junta la que asume su gestión y la que debe marcar una política clara, sin sectarismo y que busque el mayor de los consensos de todas las fuerzas políticas, todo ello de la mano del Gobierno central, que hasta ahora se ha mostrado incapaz de impulsar -aunque la responsabilidad es compartida con el resto de fuerzas parlamentarias- ese Pacto por la Educación por el que todos abogan pero que sigue sin llegar, lo que genera cierto hartazgo entre la sociedad española.

La mesa de redacción organizada hace unos días por este periódico en Córdoba, con el título de Educación: el camino hacia la excelencia, ha puesto sobre la mesa el diagnóstico que los propios profesionales del sector, las empresas y las familias hacen sobre la enseñanza, unas conclusiones a tener en cuenta y que deben ser la base para el futuro. La primera es la necesidad de un impulso a la Formación Profesional Dual, no sólo en el ámbito presupuestario, sino a otros niveles. Y es que los propios docentes reconocen que esta modalidad formativa no cuenta con la suficiente promoción entre la sociedad y, lo que es más preocupante, con el prestigio que merece. Aún sigue vigente el estigma de que los módulos formativos están ideados para el alumnado que tiene más dificultades para acceder a la Universidad, mientras que los emprendedores lamentan que el sistema de enseñanza actual vive de espaldas a la realidad empresarial. El reto es complejo, pero necesario y urgente en una sociedad como la andaluza y la cordobesa lastrada por los altos índices de desempleo.

Tampoco se debe pasar por alto el análisis que los profesionales hacen de la aplicación del bilingüismo, que en este curso llega a más de 30.000 alumnos cordobeses en centros de Primaria y Secundaria. Fue una gran apuesta de la Junta hace ya una década, pero su impacto aún no ha sido evaluado. Así lo reconoce la propia Junta de Andalucía, que señala que este programa generó muchas expectativas entre las familias que después no se han visto cumplidas. El bilingüismo necesita, en primer lugar, una evaluación crítica de su implantación, que no ha sido homogénea en todo el territorio, sino que cada centro la ha aplicado de manera individual. Pero además, urge un reajuste con varias líneas de actuación, que deben ir desde la formación del profesorado hasta un análisis de los contenidos en las materias que se imparten en un segundo idioma. El camino hacia esa deseada excelencia educativa es complejo, pero la resignación no es la alternativa.

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