Andalucía y las virtudes del pactismo político

El pacto, la negociación y el acuerdo son partes esenciales en la política democrática. Eso se ha olvidado en Cataluña, pero no en Andalucía

Durante estos días hemos escuchado numerosas elegías por el legendario pactismo del nacionalismo catalán moderado. Una de las víctimas más evidentes del procés ha sido esa clase política posibilista que, sin renunciar a nada, sabía llegar a acuerdos con el Gobierno central que hacían avanzar tanto a su comunidad autónoma como al conjunto de España. En este juego, la política era concebida más como una negociación continua y sin un final prefijado que como una batalla en la que debía haber por fuerza un desenlace (la independencia) con claros vencedores y vencidos. Hoy por hoy, podemos decir que esa filosofía política ha sido desterrada completamente de las filas nacionalistas, de ahí el inmenso problema que supone Cataluña para el conjunto de la nación.

El pacto, la negociación y el acuerdo son partes esenciales en la política democrática. Eso se ha olvidado en Cataluña, pero no en Andalucía. Esta legislatura estamos asistiendo a cómo, debido a su situación de debilidad en el Parlamento autonómico, el Gobierno socialista andaluz está obligado a recurrir continuamente al pacto con Ciudadanos para sacar adelante los Presupuestos y poder agotar la legislatura. Evidentemente, esto no lo hace el Ejecutivo autonómico por convicción -cualquier partido con mayoría absoluta tiende a obviar las sugerencias de la oposición-, sino por mera necesidad de supervivencia. Lo mismo da, porque lo importante es que el Gobierno sea consciente de su realidad y elija a los aliados oportunos para llevar adelante políticas que beneficien al conjunto de los ciudadanos, no sólo a una parte. El ya destituido Govern pudo en su día pactar con partidos moderados y construir una política para todos, sin embargo prefirió optar por buscar el apoyo de un partido extravagantemente radical, la CUP, en pos de un imposible como la independencia. Por su parte, el PSOE-A tenía la posibilidad de llegar a acuerdos con formaciones a su izquierda que le hubiesen empujado a una política más radical, pero, sin embargo, decidió hacerlo con un partido de clara vocación centrista como C's. Los resultados están ahí: estabilidad política en unos momentos convulsos económica y políticamente y acuerdos que mejoran la vida de los ciudadanos, como la drástica reducción del impuesto de Sucesiones o, ahora, la enmienda a los Presupuestos que permitirá a 20.000 profesores de la educación concertada cobrar el 50% de la paga extra de Navidad de 2012 que aún no habían percibido. El pactismo, tan denostado habitualmente por los radicales (que incluso lo usan como un insulto) sirve para solucionar problemas concretos, no para crearlos. ¿Cuál es si no la verdadera función y grandeza de la política?

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