Mensaje en la botella

No se me vengan arriba, señorías

Reconozco que de todos los Presupuestos Generales del Estado que me han tocado analizar como periodista en los últimos años, tal vez estos de 2018 sean los que he examinado con más equidistancia. Y ha sido así porque todavía no tengo el convencimiento de que se vayan a aprobar, por aquello de que los diputados del PNV han encontrado la coartada perfecta del artículo 155 en Cataluña para darle la espalda al Gobierno de Rajoy, por mucho que el presidente haya lanzado un guiño con un aumento considerable de inversiones en Euskadi, a lo que hay que sumar el llamado cuponazo vasco del año pasado.

Con ello quiero decir que, por mucho que se quiera, lo de llevar a efecto lo que dicen las cuentas estatales para Córdoba va a depender en gran medida de que PP, Ciudadanos y PNV se pongan de acuerdo, algo que parece improbable a día de hoy, si bien es verdad que estando Rajoy de por medio, cualquier cosa -para lo bueno, lo malo y lo aún peor- es posible. Insisto en mi equidistancia porque, como digo, no hay garantías de que los PGE vayan a salir adelante y, por tanto, aplicarse en lo que queda de año.

Pero una vez aclarado esto, lo que cada vez me causa más estupor es el análisis que sobre un mismo proyecto hace cada uno de los partidos políticos, tanto aquí en la provincia como a otros niveles territoriales. Es tal el número de exabruptos que lazan unos y otros que uno llega a la conclusión de que estas señoras y señores que nos representan en las instituciones nos han tomado por mentecatos a la mayoría de los ciudadanos.

Si nos centramos en Córdoba, hay cuestiones que, honestamente, creo que se deberían tener en cuenta. La primera es de dónde venimos. Así, a nadie se le debe olvidar que la provincia ha sido la última en gasto del Estado en los últimos años. Sí, a la cola de todos los territorios. Por lo tanto, empeorar aún más era difícil. Por otra parte, hay que reconocer que los números han mejorado respecto al año pasado, ya que de los apenas 58 millones presupuestados en 2017 se ha pasado a casi 83 millones, lo que supone un crecimiento del 42% aproximadamente. Eso es lo que dicen los datos, le pese a quien le pese.

¿Y qué lectura hace cada partido de ellos? Pues lo dicho, la de pensar que se dirigen a una masa de bobalicones. Para el PP, se trata de unas cuentas magníficas, muy sociales y que atienden proyectos olvidados por otros para la provincia. En el PSOE se rasgan las vestiduras y aseguran que se engaña a los cordobeses, mientras que en Ciudadanos se vanaglorian de sus aportaciones al proyecto y poco más. IU se tira igualmente de los pelos porque le parecen escasas las inversiones y algo parecido expone Podemos.

Pues eso, dependiendo del color con el que se mire tenemos unos buenos o malos presupuestos, pero eso sí, de autocrítica por parte de los que gobiernan o reconocimiento de que se han logrado algunos avances por parte de la oposición, nada de nada. En esas estamos y seguiremos, porque nuestros políticos así lo quieren. Y lo peor de todo es que incluso habrá quien se los crea. Por eso un favor a todos: no se me vengan arriba, señorías. Tengan un poquito de recato.

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