La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

El rugido del ratón catalán

Cuidado con que la farsa catalana no acabe en tragedia. Un mártir siempre legitima una causa

El único cronista posible de los grotescos y ridículos pero también peligrosos sucesos que se están produciendo en Cataluña, amenazando con infectarnos a todos, es Leonard Wibberley, un autor irlandés que dedicó cinco novelas satíricas al minúsculo ducado imaginario de Grand Fenwick, gobernado por la extravagante Gran Duquesa Gloriana XII y empeñado en empresas ridículamente desproporcionadas que siempre le salen mal. Los más maduros de entre ustedes tal vez recuerden dos divertidísimas películas basadas en estas novelas: en Un golpe de gracia (Jack Arnold, 1959), con un desternillante Peter Sellers interpretando a la vez a la Gran Duquesa Gloriana XII, al primer ministro y al jefe militar de la expedición, el minúsculo ducado declara la guerra a los EEUU e intenta invadirlos; en Un ratón en la luna (Richard Lester, 1963) la chalada de Gloriana XII, esta vez interpretada por la gran Margaret Rutherford, se lanza a competir en la carrera espacial con los EEUU y la URSS.

El parecido entre las grotescas empresas emprendidas por el ducado de Grand Fenwick y la secesión catalana, o entre la Gran Duquesa Gloriana XII y Puigdemont, Junqueras y otras criaturas del PDeCAT, ERC y la CUP es evidente. Más aún si se sabe que en la primera película -cuyo título original era El rugido del ratón- declaraban la guerra a los EEUU para perderla y así salvarse de la ruina gracias al Plan Marshall de reconstrucción; y que en la segunda película la Gran Duquesa ponía en marcha el programa espacial para disimular el uso fraudulento de unas subvenciones. Patrioterismo de ratón para ocultar ruinas, fraudes y corrupciones sacando pecho nacionalista.

Así es el golpe de Estado catalán que estamos viendo progresar sin que nadie sepa cómo acabará. Porque de la farsa a la tragedia hay un paso y esta gentuza está vulnerando las leyes, formando "comités de defensa de la República" y llamando al "enfrentamiento civil" en una "batalla definitiva" para provocarla y presentarse como víctimas. "Tendrá que venir la Guardia Civil a arrancarnos de nuestro escaño" ha dicho Mireia Boya Busquet, la diputada de la CUP a la que dicho escaño, según ella misma difunde en Twitter bajo el lema "me aburooo", le sirve para dormirse durante las sesiones del parlamento catalán. Cuidado con que la farsa no acabe en tragedia. Un mártir siempre legitima una causa. Y cuanto más disparatada sea, más lo necesita.

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