HAN pasado 50 años de su muerte y la figura de fray Albino sigue estando presente en la ciudad. Más allá de tener un barrio, una avenida o un colegio, este obispo dejó una huella que ha perdurado con el paso del tiempo debido a su importancia. Que a finales de los años 40 decidiera coger por los cuernos el toro del chabolismo y en poco tiempo se solucionara el problema, es algo de agradecer; que hubo también quien se aprovechara de la situación y sacara tajada, demuestra que las miserias humanas no conocen límite. La interesante exposición que en estos días se puede visitar en la sala de Cajasur en Reyes Católicos es una condensada pero veraz muestra del intenso y fructífero trabajo en materia social que dejó este prelado en los años que pasó en Córdoba sin móviles, sin ordenadores, sin asesores a sueldo.