Ni el frío reinante, hasta el punto incluso de que la Aemet declaró la situación de alerta durante unas horas por bajas temperaturas, parece que hacen mella en el sector turístico cordobés. El puente de la Inmaculada ha dejado de nuevo una estampa de la ciudad llena de visitantes, una sensación que corroboran los propios empresarios del sector al asegurar que la ocupación hotelera roza el lleno en muchos establecimientos. Da la sensación de que ni las críticas al alumbrado navideño de este año ni la política municipal errática en muchos aspectos relacionados con el turismo pueden con el atractivo de una ciudad que sigue siendo un destino atractivo.