LA que se montó el otro día en el Arcángel no fue normal, que parecía que estaba nevando sobre el árbitro, pero no eran copos de nieve, precisamente, lo que le caía en lo alto. Y es que ya llevamos unos cuantos partidos con lo mismo, viendo como se vuelan los puntos en el último minuto y la gente ya está más caliente de la cuenta.

Si el Córdoba hubiera sumado todos los puntos que se le han escapado en los últimos minutos yo creo que podríamos estar en puestos de ascenso como mínimo. Algunos puntos se nos han ido por los árbitros, en eso estoy de acuerdo, pero también otros se nos han ido por méritos propios, que no vamos a mirar para otro lado cuando las cosas van mal, que estar ciegos por gusto es de lo peor que a uno le puede pasar, y las cosas son como son, y al que le pique que se rasque un rato. Que es muy fácil echarle siempre la culpa a otro, y a lo mejor hay que mirarse mejor y darse cuenta en lo que nos hemos equivocado. Porque vamos a ver, que el árbitro ha metido la pata más de una vez, de acuerdo, pero que si nosotros hubiéramos llegado con otro golito más de ventaja, que lo podríamos haber llevado, no habría pasado nada, no nos habrían empatado. Y para meter ese otro golito los que se equivocaron fueron nuestros jugadores, que también se equivocan, como todo hijo de vecino, lo mismo que se equivocan los árbitros, que todos nos equivocamos y el que diga lo contrario miente como un bellaco. Yo no es que tenga un pariente árbitro, que no lo tengo, pero es que siempre me ha dado mucho coraje el echarles la culpa de todo. Y lo que nunca comprenderé, pero nunca, es lo que pasó el otro día en el Arcángel, que yo creo que eso es lo peor que podemos hacer, que los cordobeses no somos así y esa imagen no es buena darla por ahí fuera. Porque eso se vio en todas los programas, que para lo poco que salimos en la tele, si salimos así, pues apaga y vámonos. A pedradas no se soluciona nada en esta vida, nada, que lo único que puede pasar es que se vaya a peor. Porque esta vez nos ha caído una multa, pero peor hubiera sido que nos hubieran cerrado el estadio unas cuantas jornadas, que estuvimos a punto de que nos pasara. Los malos modos, y ya no hablemos del vandalismo, no se justifican de ninguna de las maneras, que nadie cuando se equivoca tiene uno detrás esperando para tirarle una piedra. Y, además, que siempre lo he dicho yo, al fútbol hay que ir a divertirse, a pasarlo bien, a echar el rato, que no deja de ser un juego, aunque a veces nos lo tomemos demasiado en serio. Que no es para tanto, que ya tenemos otros problemas en la vida. Y, antes de que se me olvide, Feliz Navidad a todos, y a pasarlo de lujo.

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