Había -y hay- en Córdoba ganas de Cruces de Mayo. Lo que ocurre es que la caprichosa climatología no siempre acompaña y, en esta ocasión, estaba previsto que el cielo se convirtiera en el protagonista de la fiesta. Apenas habían pasado unas horas desde la apertura de las Cruces el pasado jueves, cuando la lluvia hizo acto de presencia de una manera importante. Desde entonces, prácticamente no ha parado, si bien las asociaciones y hermandades que se han esmerado por tener todo a punto confían en que tanto en la jornada de hoy como la de mañana el tiempo dé un respiro y permita disfrutar de una celebración tan nuestra y cerrar los paraguas.
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