La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

El oficio de reina

Doña Letizia ha demostrado tanta irresponsabilidad como falta de control y por ello muy poca profesionalidad

Permítanme un Peñafiel. Lo peor no es la grosería de la nuera para con su suegra que pone en difícil situación al marido, sino la grosería de la reina para con la reina madre que pone en un brete al rey y daña a la institución. Porque demuestra poca profesionalidad para el oficio que ella, libremente, ha elegido. Felipe VI no ha tenido elección. Es lo propio de la institución que el cargo sea hereditario. Pero Letizia es reina por elección personal. Sabía con quien se casaba y qué obligaciones contraía. La más importante de las cuales es que su vida personal, filias o fobias pasen a un segundo plano frente a las obligaciones de la institución y las responsabilidades para con la nación.

Y en este punto fundamental doña Letizia ha demostrado tanta irresponsabilidad como falta de control y por ello muy poca profesionalidad. Lo que daría la razón a los monárquicos que estiman que los herederos de tronos deben casarse con quienes han aprendido desde niños este no fácil oficio que debe sacrificarlo todo -y todo es todo- a la institución y la nación. Ambas cosas son, o deben ser, lo mismo para ellos. Si don Juan y don Juan Carlos se tragaron al indigesto Franco, bien puede doña Letizia tragarse las broncas familiares con su suegra, controlarse, ser educada e interpretar correctamente su papel. Sobre todo cuando su suegra es una mujer por muchas razones admirable que ha antepuesto siempre su oficio a su vida personal (solo se le podría reprochar el viaje a Washington) y ha sido una gran reina en tiempos muy difíciles.

Esto no es cosa de familia política sino de política. Nos ha ido bien con la monarquía parlamentaria durante casi medio siglo después de un siglo y medio pródigo en espadones, pronunciamientos, exilios, guerras y dictaduras. Carezco de prejuicios en esta cuestión. En Italia, Francia o Alemania estaría tan a gusto con la República como en Inglaterra, Suecia o Dinamarca con la monarquía. Por eso creo que si la cosa funciona, mejor no menearla. A condición de que la familia real ejerza bien su oficio. Letizia ha dado un espectáculo penoso, de aficionada y no de profesional. Urdangarín y doña Cristina han sido dañinos para la institución. Pero Letizia es la reina y no está la cosa para groserías, pataletas y tan poca profesionalidad. A España le conviene la estabilidad que un gran rey, como está demostrando ser Felipe VI, le procura. Y esto no ayuda.

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