Algunos recordarán aún el noticiero que se proyectaba obligatoriamente en los cines españoles, antes de la película, entre 1942 y 1976. En realidad, hablar del NO-DO es también replantearse la forma como el franquismo utilizó los medios de comunicación para crearse una imagen y propagar su ideología.

La pregunta es qué pretenden comunicar los habitantes de la Zarzuela mostrándonos, "con naturalidad", cómo es su vida cotidiana. Me imagino que ninguna familia del país saldría ilesa de una grabación en una comida familiar. Dicho esto, ¿podría alguien explicarnos cuál es interés de ver como una chiquilla se quema con la sopa?

Con este publirreportaje querían amortiguar los últimos errores del Jefe del Estado. Por ejemplo, el discurso retador con un bando y con nula capacidad para entender la diversidad de nuestro país, que hizo el monarca el 3 de octubre. Solo recibió halagos de personas de la talla de Federico Jiménez Losantos. "Es un consuelo, en medio del desconsuelo de tanto traidor separatista y de la deserción de una casta política infame, ver que, al menos, el Jefe del Estado…". Ahí queda eso.

No me interesa la "natural" forma de aparcar del monarca, en la puerta del colegio de las niñas, pero sí el lamentable papel del presidente del Gobierno en Davos, en ese club de ricos que piensan en los pobres mientras beben champán, su único papel fue no ir y mandar al rey. Pero ¿qué hace el rey de un "Estado social y democrático y de derecho", en el que "la soberanía nacional reside en el pueblo español del que emanan los poderes del Estado", en esa cumbre, desempeñando funciones de primer ministro en su entrevista con el presidente de Francia o en su conferencia en el Plenario sobre "Presente y futuro de España y Europa"? El Rey no puede.

Javier Gomá, en su Ejemplaridad pública, insta a políticos, funcionarios del Estado y a la monarquía a que sean ejemplares y a que muestren en público la "excelencia". Sócrates, Spinoza y toda la tradición antigua del conocimiento afirmaba que uno es mejor cuanto más nivel de sabiduría alcanza. El publirreportaje del pretendía, seguramente, acercar la familia real a la sociedad, lavar la imagen de una obsoleta y prescindible figura y tapar la ausencia de excelencia. Han olvidado que la gente real estamos más preocupados por otros asuntos y desde la llegada de HBO no elegimos NO-DO.

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